jueves, 12 de febrero de 2009

LUISINA…


Los más grandes pensadores de todos los tiempos han valorado siempre muy acertadamente la importancia de la niñez, José Martí el Apóstol de las luchas por la Independencia de Cuba, dejó claramente expresado…que los niños son la esperanza del mundo.
En mis muchos años dedicados a la docencia he podido apreciar muchas virtudes en los niños, por ejemplo, son los más sinceros a la hora de expresar una opinión, lo hacen, además, con gracia y naturalidad envidiables.
Los niños que mienten lo hacen porque sus padres se lo enseñan de manera indirecta cuando mienten delante de sus hijos, los niños aprenden mucho más a partir de la práctica que de la teoría.
Aun recuerdo a muchos niños del primer grupo al cual le impartí docencia en el lejano 1964, claro recuerdo a los más traviesos y los más inteligentes. Es significativo, sin embargo, que no recuerde uno solo con disgusto o desagrado de ese primer año.
En la medida en que vamos envejeciendo vamos apreciando más a los niños, puede ser porque vemos en ellos una prolongación de nosotros mismos, o porque los imaginamos convertidos en el héroe o la heroína que quisimos ser alguna vez…o por muchas razones juntas. Los niños de la enseñanza primaria son los más sinceros, cariñosos y agradecidos de los estudiantes de todos los niveles de educación.
Yo no conozco a Luisina, la niña de la foto que tanto quiero, conozco personalmente a su padre Diego Martín, a su esposa e hijas solo por fotos.
Hay cosas en esta familia que son muy especiales para mí, la sinceridad de Bárbara la madre exigente y generosa que al recibir mi primera nota me dijo ¡Que difícil entender la letra de vos! La unión de ambos padres ante los grandes problemas humanos que deben enfrentar cada día, la equitativa distribución de tareas, la comprensión…y la tolerancia de la mujer amorosa ante el humo de interminables cigarrillos martinianos.
Hay, sin embargo, en esta familia alguien que es muy especial para mí: Luisina. Aun cuando no me conoce, reitero, me habla por teléfono, me tira un beso, me dice palabras muy lindas que percibidas a 7 000 kilómetros dejan una sensación de dulce tranquilidad.
Luisina es mas apegada a Martín que a Bárbara, a la hora de ir a la cama la niña lo hace con un libro y eso enorgullece tanto al padre que ya percibe que su niña será una gran lectora en un futuro próximo y que no perderá su tiempo en tonterías, aunque alguna tontería haga.
Luisina es así porque sus padres la han formado así, la han estimulado con sus ejemplos y su cariño, igual han hecho con Olivia la menor, a la que a través del juego de roles, ellos van preparando para una niñez saludable y una adolescencia sin traumatismos.
Luisina alcanza logros significativos en su escuela, es amiga de su maestra, de la que me ha hablado por teléfono y viceversa. En la foto se le ve lista para una actuación en su fiesta escolar. Luisina baila muy bien la música tradicional argentina, en donde está parte de su raíz, pero además, canta muy bien la melodía Son los sueños todavía y va a ser una excelente nadadora. Nació en junio como el Che y Olivia, su hermanita en enero como José Martí.
El siglo XXI se nos presenta dramáticamente difícil por lo que hacemos, o por lo que dejamos de hacer, los hombres. Es muy preocupante el mundo que le vamos a dejar a Luisina y Olivia, así como a los hijos de ellas. Algo hay que hacer.
Por fortuna ya hay en el mundo varias mujeres ocupando la Primera Magistratura de sus países, como son más dúctiles y sensibles me niego a pensar que acepten matanzas como las que está sufriendo el pueblo Palestino.
Los Jefes de Estado y las Jefas de Estado actúan generalmente asesorados por personas muy capaces conforme a los intereses que represente cualquier gobierno.
Sin que acusen a este escribidor de locura, yo quisiera poder proponerle al Secretario General de la Organización de Naciones Unidas, o a él no, para qué si nadie le hace caso, mejor a los Jefes de Gobierno de los 5 países que forman el Consejo de Seguridad de ese Organismo (para que a los otros 10 integrantes si tampoco les hacen caso) que nombraran a Luisina Asesora para Asuntos de la Infancia.
Estoy absolutamente convencido de que si Luisina pudiera asesorar a Obama en los problemas relativos a la Infancia, se acabarían los niños de la calle, los niños secuestrados, prostituidos, obligados a trabajar, los niños asesinados en Gaza, o los casi 50 millones de niños norteamericanos que carecen de asistencia médica segura…
Claro, como son 5 los Jefes de Gobierno con el Sagrado derecho al Veto en NN.UU harían falta 5 niñas formidables como Luisina, no preocuparse en cada país hay miles.
Luisina, o cualquier otro niño o niña, aconsejarían a los Jefes de Estado, a todos y todas, a los 192 que existen que eviten las guerras, las hambrunas, las epidemias, las enfermedades que pueden evitarse con centavos de dólares y evitan millones de dolores. Sugeriría que, por decreto, se prohibiera, siendo posible, que un niño quedara huérfano de padres, escuelas, alimentos y juguetes aunque fueran modestos.
Si nombran a mi querida Luisina, Jefa de esos Asesores, este mundo que hemos puesto al revés pudiera volver a ser puesto al derecho sólo respetando las sugerencias de quienes son la esperanza del mundo. Los adultos no hemos podido…o querido. Busquemos soluciones hoy, mañana será tarde millones de Luisinas lo agradecerán en un futuro muy cercano.

30 de enero de 2009, Santa C lara.
23.42


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