CIRO ROBERTO BUSTOS: EL GUERRILLERO FIEL.
Cuando en el lejano abril de 1967 conocí detalles de la detención del argentino Bustos y de un francés (que nunca me interesó mucho) en Camiri empecé a cuestionarme quién era Ciro, quizá porque no era europeo. Siempre me interesó saber acerca de su persona, conocer detalles de su destino posterior a ser puesto en libertad después de cumplir una parte de la sanción que le había sido impuesta. Nunca supe más. Luego la rutina del trabajo me alejó del interés por el argentino.
Un hecho fortuito despertó de nuevo mi preocupación: una entrevista realizada por Hugo Montero para la revista Sudestada, llegada a mi con la ayuda de otro de mis hermanos argentinos, Diego Martín, el gastronómico que hace las mejores pizzas de Buenos Aires, (también en mi casa cubana) según me dice Bárbara su esposa, contacté a Hugo y por su medio a Ciro.
Hugo Montero solicitó autorización a Ciro Roberto Bustos para establecer el contacto y unos días después recibí un mensaje del polémico argentino. Bustos se alegraba de la preocupación de un cubano de la Isla por su persona, sin embargo, el que tenía motivos para alegrarse era yo, sencillo profesor de Historia, que finalmente se comunicaba con el Héroe, ahora residente en Suecia. Su primer mensaje, que publico sin su autorización, fue este:
Estimado Sr Aristides:
La revista Sudestada ha tenido la gentileza de reenviarme su mail, en el que Ud manifiesta su deseo de tomar contacto conmigo, aparte de conceptos que le agradezco. Le respondo sin resquemores por ser Ud compatriota de mi pasado; amigo de Alberto, e interesado en aclarar la historia tan encapsulada en su tejido.
Antes que nada, debo decirle que todo lo que yo puedo decir ya está dicho, en mi libro "El Che quiere verte" No dispongo de ejemplares, pero en Google hay librerías que lo envían en una semana. Y puedo agregarle que desde que fue editado --desde que lo escribía-, era mi deseo que personas de allí, lo leyeran: Furry y los Albertos, Castellanos y Granado. Y Aleida. Si Ud puede, le adjudico el encargo. ( hay que tener en cuenta que he sido ignorado, arrojado en el index).
Sin más, lo saluda cordialmente,
Ciro
18 de mayo de 2008.
No voy a cometer la ingenuidad de negar que el mensaje me produjo un inmenso placer: Ciro me había dedicado unos minutos y dado una tarea que podría cumplir fácilmente pues los dos Alberto son mis amigos personales.
Me interesé por detalles y Ciro siempre me respondió de manera cada vez más cálida y amistosa. No ignoraba, ni ignoro, el papel atribuido a Ciro de haber traicionado al Che. Nunca lo he creído. La mirada de Ciro me parece limpia, pura, digna.
Hay otra cosa, mucho menos subjetiva, tengo un amigo que estaba en prisión en Argentina, mientras Ciro estaba prisionero cumpliendo la condena impuesta. Ese amigo y otros amigos de mi amigo que formaban la red urbana de apoyo a la guerrilla no fueron molestados. Mi amigo no fue identificado y si hace 3 horas y 19 minutos hablé con él, es entre otras cosas porque Bustos no lo delató. Ni a nadie.
Ciro debió haber sufrido mucho la muerte del Che allá en la prisión en donde extinguía la condena que le había sido impuesta, pero su conciencia estaba tranquila…y 40 años después lo sigue estando.
En este diciembre de 2008 se cumplirán 38 años de que Ciro fuera amnistiado por el gobierno del Presidente Juan José Torres (diciembre de 1970) General que fue desplazado del poder poco después por Hugo Banzer.
La señora Elisabeth Burgos, esposa del no mencionado periodista francés, alegó:
-El único que habló fue Bustos.
La comprendo, si yo hubiera estado en semejante situación, Odalys, mi esposa habría actuado igual…por solidaridad pero sin ética.
Este es el inicio de lo que escribiré sobre quién es hoy mi amigo Ciro Roberto, que está allá en un gélido clima, con algún problema de salud que le impide caminar sus acostumbrados 8 kilómetros, pretendidamente ignorado por muchos, odiado por otros, desconocido por unos cuantos, pero apreciado por los que creemos en la honestidad de los Hombres entre los que él ocupa un lugar de Honor.
Para ti, Bustos, y tu familia el deseo de que te recuperes pronto y de que ellas tengan también mucha salud y alcancen sus metas en el nuevo año, entretanto, aquí está este apasionado de la figura del Che y de todo lo que se le relacione y valga, para rendirte homenaje a sabiendas de que un hombre del Che, como tú, sigue hasta la victoria siempre.
Arístides Rondón Velázquez.
Santa Clara, Jueves 25 de diciembre, 11.49 pm.
Cuando en el lejano abril de 1967 conocí detalles de la detención del argentino Bustos y de un francés (que nunca me interesó mucho) en Camiri empecé a cuestionarme quién era Ciro, quizá porque no era europeo. Siempre me interesó saber acerca de su persona, conocer detalles de su destino posterior a ser puesto en libertad después de cumplir una parte de la sanción que le había sido impuesta. Nunca supe más. Luego la rutina del trabajo me alejó del interés por el argentino.
Un hecho fortuito despertó de nuevo mi preocupación: una entrevista realizada por Hugo Montero para la revista Sudestada, llegada a mi con la ayuda de otro de mis hermanos argentinos, Diego Martín, el gastronómico que hace las mejores pizzas de Buenos Aires, (también en mi casa cubana) según me dice Bárbara su esposa, contacté a Hugo y por su medio a Ciro.
Hugo Montero solicitó autorización a Ciro Roberto Bustos para establecer el contacto y unos días después recibí un mensaje del polémico argentino. Bustos se alegraba de la preocupación de un cubano de la Isla por su persona, sin embargo, el que tenía motivos para alegrarse era yo, sencillo profesor de Historia, que finalmente se comunicaba con el Héroe, ahora residente en Suecia. Su primer mensaje, que publico sin su autorización, fue este:
Estimado Sr Aristides:
La revista Sudestada ha tenido la gentileza de reenviarme su mail, en el que Ud manifiesta su deseo de tomar contacto conmigo, aparte de conceptos que le agradezco. Le respondo sin resquemores por ser Ud compatriota de mi pasado; amigo de Alberto, e interesado en aclarar la historia tan encapsulada en su tejido.
Antes que nada, debo decirle que todo lo que yo puedo decir ya está dicho, en mi libro "El Che quiere verte" No dispongo de ejemplares, pero en Google hay librerías que lo envían en una semana. Y puedo agregarle que desde que fue editado --desde que lo escribía-, era mi deseo que personas de allí, lo leyeran: Furry y los Albertos, Castellanos y Granado. Y Aleida. Si Ud puede, le adjudico el encargo. ( hay que tener en cuenta que he sido ignorado, arrojado en el index).
Sin más, lo saluda cordialmente,
Ciro
18 de mayo de 2008.
No voy a cometer la ingenuidad de negar que el mensaje me produjo un inmenso placer: Ciro me había dedicado unos minutos y dado una tarea que podría cumplir fácilmente pues los dos Alberto son mis amigos personales.
Me interesé por detalles y Ciro siempre me respondió de manera cada vez más cálida y amistosa. No ignoraba, ni ignoro, el papel atribuido a Ciro de haber traicionado al Che. Nunca lo he creído. La mirada de Ciro me parece limpia, pura, digna.
Hay otra cosa, mucho menos subjetiva, tengo un amigo que estaba en prisión en Argentina, mientras Ciro estaba prisionero cumpliendo la condena impuesta. Ese amigo y otros amigos de mi amigo que formaban la red urbana de apoyo a la guerrilla no fueron molestados. Mi amigo no fue identificado y si hace 3 horas y 19 minutos hablé con él, es entre otras cosas porque Bustos no lo delató. Ni a nadie.
Ciro debió haber sufrido mucho la muerte del Che allá en la prisión en donde extinguía la condena que le había sido impuesta, pero su conciencia estaba tranquila…y 40 años después lo sigue estando.
En este diciembre de 2008 se cumplirán 38 años de que Ciro fuera amnistiado por el gobierno del Presidente Juan José Torres (diciembre de 1970) General que fue desplazado del poder poco después por Hugo Banzer.
La señora Elisabeth Burgos, esposa del no mencionado periodista francés, alegó:
-El único que habló fue Bustos.
La comprendo, si yo hubiera estado en semejante situación, Odalys, mi esposa habría actuado igual…por solidaridad pero sin ética.
Este es el inicio de lo que escribiré sobre quién es hoy mi amigo Ciro Roberto, que está allá en un gélido clima, con algún problema de salud que le impide caminar sus acostumbrados 8 kilómetros, pretendidamente ignorado por muchos, odiado por otros, desconocido por unos cuantos, pero apreciado por los que creemos en la honestidad de los Hombres entre los que él ocupa un lugar de Honor.
Para ti, Bustos, y tu familia el deseo de que te recuperes pronto y de que ellas tengan también mucha salud y alcancen sus metas en el nuevo año, entretanto, aquí está este apasionado de la figura del Che y de todo lo que se le relacione y valga, para rendirte homenaje a sabiendas de que un hombre del Che, como tú, sigue hasta la victoria siempre.
Arístides Rondón Velázquez.
Santa Clara, Jueves 25 de diciembre, 11.49 pm.
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