viernes, 30 de enero de 2009

LAS ESCULTURAS DEL CHE EN SANTA CLARA.




Santa Clara cuenta con tres esculturas que nos muestran al Che de cuerpo entero…y presente:

La primera, cronológicamente hablando, es la monumental que todos conocemos y que está emplazada en la plaza que se lleva su nombre obra del escultor José Delarra, allí el Che se yergue majestuoso a inalcanzable altura.
La otra es la del escultor vasco, Casto Solano Marrollo cedida a Cuba, aquí exponemos una imagen de finales de diciembre pasado en que se le aprecia visitada por Calica Ferrer, amigo del Che, y la delegación argentina que asistió a los festejos por el 50 aniversario de la Batalla de Santa Clara.
Está emplazada allí desde 1998, a fuerza de ser sincero, es la que yo mas quiero pues la alcanzo, le hablo al Che, lo saludo…en absoluto influye en esto que sea amigo del Autor, ni que conozca por fotos a Andros el hijo del Artista que le sirvió de modelo y hoy es un joven virtuoso.

La otra es El Che Escambradeño, pues se le muestra en el ámbito del Escambray en aquellos días finales de la guerra de liberación nacional cubana. Es obra del artista de la plástica Argelio Perera. La obra transmite el ambiente agreste de Caballete de Casa y sus alrededores está emplazada en la sede de un prometedor proyecto denominado Naturarte, que dirige el amigo Ermes Ramírez criado. Mostramos una foto del hijo y nieto del autor de estas notas junto a ese Che, mi nieto nació el día en que Che cumplía 40 años de ser asesinado…espero no ser acusado de nepotismo.
Este sitial histórico es ahora visita obligada de quienes visiten Santa Clara y deseen apreciar el cariño y respeto que aquí sentimos por el ilustra argentino.

viernes, 16 de enero de 2009

DIEZ AÑOS DE INJUSTICIA CRIMINAL.




El 26 de diciembre de 1958 el Coronel Florentino Rosell Leyva, Jefe del Tren Blindado enviado por Fulgencio Batista para frenar el avance de las fuerzas que lo combatían, enterado por medio de un familiar suyo que iba a ser detenido porque no abordó el mismo al salir de La Habana, le robó el Yate de Recreo al humorista Federico Piñero y corrió a territorio norteamericano con el dinero de los 450 hombres bajo su mando y algo mas, Batista indignado mandó a un Piloto de Aviación a hundir al Coronel traidor…pero el precavido Piloto huyó también a Estados Unidos, claro está, con su nave aérea, fueron ellos, quizás, los primeros cubanos que entraron de manera ilegal a Estados Unidos durante la estampida que provocó el triunfo revolucionario cubano de enero de 1959.

Cuando batistianos, asesinos, politiqueros, torturadores, malversadores y burgueses asustados supieron que el Che y Camilo eran casi dueños de Las Villas y el Ejército Rebelde de Oriente, se inició un avalancha de estos personeros hacia Miami que fue mas intensa, cuando el 1 de enero de 1959 supieron que Batista había huido. Elementos de muy diversas características huyeron a EUA lo que dio origen, un tiempo después, a la asesina Ley de Ajuste Cubano.

Estas personas empezaron a conspirar de inmediato para derribar el gobierno cubano, crearon cientos de Organizaciones revolucionarias desde la Rosa Blanca, hasta Alfa 66, Hermanos al Rescate, Movimiento de Recuperación Revolucionaria, etc. etc. Estas organizaciones no tenían, ni tienen carácter oficial, no son entidades del gobierno de los Estados Unidos. Su fin declarado era y es derribar el gobierno legítimo de Cuba utilizando para ello cualquier procedimiento: Atentados a líderes de la revolución, guerra biológica, destrucción de aviones de pasajeros en pleno vuelo, sabotajes de todo tipo…

Es ante esta grave situación y la tolerancia hipócrita del gobierno yanqui, que numerosos cubanos y cubanas penetraron esas organizaciones terroristas para informar a nuestro gobierno de sus siniestros planes y neutralizarlos, labor que ha permitido evitar, por ejemplo que nos volaran la Plaza del Che, el Cabaret Tropicana o el Paraninfo de la Universidad de Ciudad Panamá en donde hablaría el Líder de la Revolución Cubana ante miles de estudiantes, y profesores. En los tres casos que tomamos como ejemplo patriotas que actúan desde las entrañas del monstruo evitaron, no sólo que derribaran la escultura del Che de 20 toneladas sino que murieran en el sabotaje niños, mujeres, ancianos, turistas, visitantes, entre los cuales podían estar tus amigos o familiares, impidieron los patriotas que siguen allá y no presos necesariamente, que un salvaje llevara una latica del poderoso explosivo C-4 y destrozara los cuerpos de miles de personas procedentes de todos los continentes mientras disfrutaban del famoso Cabaret Tropicana, también nos evitaron que despedazaran a miles de participantes en aquel acto en que estaría la Delegación cubana a la Cumbre Iberoamericana efectuada en Panamá.
Ustedes comprenderán que el C-4 no se compra en una Farmacia, ese potente explosivo sólo está en poder del gobierno de los Estados Unidos sus dependencias y otros gobiernos.

Sin embargo para salvajes como el, desafortunadamente villaclareño, pediatra Orlando Bosch las personas a asesinar son comunistas, estamos en guerra y, por tanto, se puede lo mismo derribar un avión que atacar un submarino según él ha declarado públicamente ante la tele de Miami…y todo parece indicar que para el Gobierno Norteamérica también.


En 1995 el FBI detectó a varios cubanos que se dedicaban a obtener información sobre los proyectados ataques de esas organizaciones terroristas, que el gobierno norteamericano oficialmente, no reconoce, pero a las que toleran, entrenan y financian en secreto. Entre esos cubanos estaban René, Gerardo, Fernando, Antonio y Ramón. Durante cerca de 3 años el FBI los había controlado de cerca, comprobando que los mismos no recopilaban ninguna información del gobierno de Estados Unidos, que ellos sólo se interesaban por evitar sabotajes en los que podían morir atrozmente asesinados cubanos, norteamericanos, etc, constataron por tanto que no eran espías, pues se entiende por tal al que busca datos secretos de un gobierno para entregarlos o venderlos a otro gobierno. Por razones muy sencillas a nosotros no nos interesan cuantas armas nucleares tiene Estados Unidos, pues sería estúpido dedicarnos a eso, nos basta con saber que las tienen, que tienen otras y planes que ellos han hecho públicos.

Eran por tanto Agentes del Pueblo de Cuba que estaba necesitado de conocer los sabotajes diabólicos de monstruos como Luís Clemente Posada Carriles para evitar a nuestro pueblo y a otros pueblos el dolor que significa ver asesinados a personas inocentes como sucedió con el joven italiano Fabio Di Chelmo.

En la madrugada del 12 de setiembre 1998, luego de tres años de chequeos, fueron brutalmente detenidos simultáneamente esos 5 hombres que hoy día llenan de gloria a Cuba y de ignominia al gobierno de Estados Unidos. En un juicio lleno de muchas más irregularidades que las que sufrieron los cubanos juzgados por Batista por los sucesos del 26 de julio de 1953, los 5 fueron sancionados a penas increíbles ante el asombro de todas las personas honestas del mundo, pues los nuestros, con mucha dignidad, no se prestaron al juego de la Fiscalía según la cual si cooperaban con la misma, o sea si declaraban en contra de su país, no serian condenados.

Las condenas desproporcionadas se dictaban no sólo contra 5 cubanos dignos sino contra los cubanos, y sus gobernantes, se hacía para satisfacer a los mafiosos que llevaron a W Busch al poder, violando, sus propias leyes, así como los antecedentes existentes en estos casos. Las penas impuestas y todo el procedimiento penal fue criticado por una Organización jurídica de prestigio pues forma parte del sistema de las Naciones Unidas.
A esas penas enormes se ha unido el castigo de no poder ver a sus familiares, de estar prisioneros en cárceles muy alejadas unas de otras para dificultar las gestiones de nuestros diplomáticos allá, así como para provocarnos más gastos y crearnos mas dificultades.

Han impedido las visitas de esposas e hijos a los que los tienen, pero hay un detalle terriblemente trágico: Gerardo y Fernando no tiene hijos, y quizás ya nunca puedan tenerlos pues en el paraíso de la democracia, de la cultura y de la civilización no existen posibilidades de hacer vida íntima las parejas como en Cuba y en casi todos los países lo que constituye una de las muchas sanciones adicionales.
¿Cuál es la situación actual? Pues se han revocado las sanciones a Fernando, Ramón y Antonio y su expediente ha sido reenviado a la jueza de Miami Joan Lenard, la misma de antes, para que dicte nuevas sentencias por lo que no hay mucho que esperar. Entre tanto a René y Gerardo les han sido ratificadas las sentencias.

Que hay que hacer? Por todos los medios a nuestro alcance hacer llegar a todos los lugares posibles la verdad sobre los 5. En este momento hay en el mundo, en todos los continentes, centenares Comités de Solidaridad en más de 100 países. Sólo cuando el pueblo de los Estados Unidos conozca la verdad los 5 serán liberados, porque nadie lo dude, volverán.

Ustedes de seguro, conocen la terrible devastación que hay en Cuba actualmente, las imágenes que hemos visto muestran la destrucción producida de un extremo a otro de la isla grande como resultado de tres huracanes de gran intensidad, de las cosas que conmocionaron a Cuba está el mensaje enviado por uno de los Héroes que dice entre otras cosas:
Duele hondo ver destruido el resultado del trabajo de generaciones, y a la impotencia por la injuria personal de los últimos diez años se suma la de tener que vivir desde aquí el desgarrador drama que hoy sufren ustedes.

Ante ejemplos como el de los cubanos dignos de hoy que aquí dentro hacemos todo lo posible por recuperarnos y el de los cinco Héroes de la República de Cuba no caben dudas de dos cosas: Volverán y Venceremos.

Texto: Lic. Arístides Rondón Velázquez.
Historiador.

Digitalización: MSc. Alfredo Artiles Rodríguez.

jueves, 15 de enero de 2009

"EL VAQUERITO"















Roberto Rodríguez Fernández, (Vaquerito)

Nació el día 5 de junio de 1935 en­ la finca El Mango, zona de Perea en la entonces provincia de Las Villas, de pequeño, su familia se trasladó a Morón, Camagüey en donde transcurrieron los primeros años de su vida. Desde muy joven debió trabajar y sólo pudo alcanzar el octavo grado.
Cuando llegó a la Sierra "venía descalzo ­y Celia Sánchez le prestó unos zapatos, que le sobraban, de manufactura de tipo mexicano, grabados, (…) con los nuevos zapatos y un gran som­brero de guajiro, parecía un vaquero mexicano y de allí nació el nombre de "El Vaquerito”, escribió el Che.
Su primera labor en la Columna No.1 Comandada por Fidel, fue de mensajero, de ello pasaría a soldado, luego Capitán, hasta convertirse en Héroe de la Patria.
Rápidamente tuvo un grupo a su mando. Cuando se enteró que los hombres que integraban­ su grupo no irían a la Invasión que mandada por los Comandantes Camilo Cienfuegos y Ernesto Guevara partiría de la Sierra Maestra hasta el Escambray y Pinar del Río, se presentó a sus superiores y les dijo que, a esa misión, aunque fuera de soldado, iría.
Su actitud estaba avalada por acciones co­mo la del Alto de Cahuara donde al custodiar una posición haría escribir a1 Che, dirigiéndose al Comandante Fidel Castro:... “Vaquerito explotó por hacer ruido y los guardias se retiraron dejando una mochila llena de víveres y una granada de Garand”.
Había sido estibador, vendedor ambulante, ayudante de tipógrafo y recibió en cada caso muy baja remuneración. Se vinculó a algunos sectores, revolucionarios y, un buen día, tomó la decisión de incorporarse a la lucha armada, es así como llegó a la Sierra. Joven, de gran arrojo, audacia y valentía; sus actividades lo hicieron convertirse en un héroe legendario.
Por fin y, acorde a su deseo, cuando se formaron las columnas que llevarían a cabo la invasión, El Vaquerito pasó a integrar la Columna 8 “Ciro Redondo" al mando del Comandante Guevara, que tenía la misión de llegar hasta Las Villas.

Desde un principio se distinguió en la avanzada, se destacó entre otras acciones en La Federal, en donde los invasores cayeron en una peligrosa emboscada. En un parte de guerra enviado por el Che a Fidel dice -se distinguieron el mismo Acevedo, el capitán Ángel Frías y el Teniente Roberto Rodríguez (El Vaquerito).

Ya en territorio villareño se iniciaron ataque a las posiciones de la tiranía. La primera posición, fue Güinía de Miranda. El Vaquerito demostró no tener miedo a la muerte, marchaba siempre a la vanguardia. Así, poco a poco, fue integrando un pelotón en El Escambray que, el Che bautizó con el nombre de Suicida y nombró al Vaquerito su Capitán. Sobre este Pe1otón Suicida dejó escrito ­el Guerrillero Heroico “...era un ejemplo de moral revolucionaria, y a ese solamente iban voluntarios escogidos. Sin embargo, cada vez que un hombre moría, y eso ocurría en cada combate, al hacerse la designación del nuevo aspirante, los desechados realizaban escenas de dolor que llegaban hasta el llanto...”

La toma de Fomento fue la acción más destacada del Pelotón Suicida donde brilló especialmente su Capitán. Después vivieron otras acciones de gran importancia, como 1a toma de los pueblos de Cabaiguán, Placetas, Remedios Caibarién… Se acercaba ya la toma de la capital Provincial, Santa Clara.

El Pelotón Suicida con su joven Capitán al frente fue de los primeros en entrar a la ciudad de Santa Clara. El Che le dio la misión de atacar uno de los baluartes de la tiranía de Fulgencio Batista, la Jefatura de la Policía que contaba con más de 300 hombres bien equipados.

En esta acción no sólo se destacó por su intrepidez, sino también por su capacidad táctica. La escuadra del compañero Esmérido Merillo rompió pedazos de pared en una cuadra completa, casa por casa, que se comunicaban hasta colocarse al costado de la Estación de Policía, de esta forma no fueron detectados fácilmente.

El Vaquerito, situado a poco más de 50 metros, en el techo de una casa disparaba de pie, enfrentando el pecho al fuego enemigo. El segundo al mando del Pelotón, Leonardo Tamayo, le gritaba tírate que te van a matar, pero el Vaquerito solo atendía al desarrollo de la lucha. Así fue que una bala enemiga atravesó la cabeza del Jefe del Pelotón. Cuando llegó a la clínica ya era cadáver.

Sobre la muerte del Vaquerito escribió el Che como Comandante en Jefe de las Fuerzas Armadas de Las Villas “... recuerdo que tenía el dolor de comunicar al pueblo de Cuba la muerte del Capitán Roberto Rodríguez “El Vaquerito”, pequeño de estatura y de edad, jefe del Pelotón Suicida quien jugó con la muerte una y mil veces en lucha por la libertad". Era el 30 de diciembre de 1958, a pocas horas de la victoria. Al día siguiente la Estación de Policía se rendiría ante el empuje de las fuerzas del M-26-7, uno de los últimos reductos de las fuerzas de batista. Ese día 31 fue el último de combate, el héroe no disfrutó de la libertad por sólo unas horas.

En el frente de la casa desde cuya azotea libró el último combate hay una placa conmemorativa y muy próximo al lugar en donde cayó mortalmente herido hay un obelisco que lo recuerda, en el Parque El Carmen lugar emblemático de Santa Clara pues según la leyenda allí se fundó esta ciudad. El Vaquerito está sepultado en Placetas, lugar recién liberado entonces.
El Vaquerito era un personaje muy singular, querido por sus hombres, audaz, temerario, simpático, cuentero que no distinguía entre la realidad y la fantasía llegó a alcanzar el más alto aprecio del Che, que lamentó profundamente su muerte en combate. La leyenda en torno a su figura ha puesto en boca del Che la expresión:
-Me han matado cien hombres.
Varias fuentes consultadas entre las que está Aleida March de la Torre, que estaba con el Che en ese momento, refieren no haber escuchado esa frase lo que no resta en absoluto el enorme valor del Pequeño Gigante.

Cuenta Aleida que cuando el Che y ella llegaron al lugar donde el estaba el herido ella le preguntó como estaba, pues se movía. El Che le respondió, con autoridad de médico, se esta muriendo, de todas formas lo envió a la clínica. El Vaquerito bien puede ser calificado como un héroe legendario. En su formación por supuesto esta la mano del Argentino, que le enseñó mucho y lo apreciaba.

Che narró que estaban de descanso y Vaquerito contaba acerca de los diferentes trabajos que había realizado, el Che simulaba no atender, pero anotaba. Cuando El Vaquerito terminó el Che sacó sus cuentas según las cuales el Vaquerito tendría más de 100 años. No hay dudas que la historia de la Revolución Cubana no puede escribirse sin mencionar a Roberto Rodríguez Fernández


Arístides Rondón Velásquez.
Digitalización de foto MSc. Alfredo Artiles Rodríguez.

Che: Doctor Honoris-Causa en Pedagogía.






Che: Doctor Honoris-Causa en Pedagogía.

Cuando Ernesto Guevara llegó a las costas cubanas a bordo del famoso Yate Granma, al amanecer del 2 de diciembre de 1956, en Cuba había sólo tres Universidades Oficiales con una matrícula aproximada de 15 000 estudiantes, sólo una ínfima parte de los 6 000 000 de sus habitantes de entonces tenía el privilegio de matricular en la elitista Educación Superior. Entre las razones que lo animaban a luchar por poner en orden las cosas en Cuba, estaba precisamente la necesidad de que todos los cubanos pudieran estudiar. En el momento en que se produjo lo que el Che denominó con fina ironía naufragio, en Cuba había un millón de analfabetos.

Transcurridos 25 meses de una guerra en la que el Che jugó uno de los papeles más trascendentales, desde el inicio de la misma, el Argentino estaba ocupando la ciudad de Santa Clara, desalojando de la misma al Ejército de Batista, contribuyendo de manera decisiva a la destrucción de aquel régimen.

Desde ese 31 de diciembre de 1958 el Médico Guerrillero fue un ídolo para los cubanos y en especial para los habitantes de esta Ciudad, cuyos antepasados desde el lejano 1843 estaban clamando ante las autoridades coloniales españolas, primero y ante los nuevos gobernantes más tarde, por una Universidad, anhelo alcanzado sólo más de un siglo después de justas demandas pues la Universidad Central Marta Abreu fue inaugurada, de manera simbólica en 1948, en solemne acto efectuado en la Sala del Concejo del Gobierno Provincial. Con ese acto se oficializaba el inicio de la construcción de lo que sería el alto centro docente que luego de cuatro años de lento trabajo, inició sus actividades académicas el 1 de diciembre de 1952 con cinco facultades, entre las que estaba la de Pedagogía.

Es justamente en las instalaciones de esta Universidad donde el Che estableció su primera Comandancia, durante la Batalla de Santa Clara, el 28 de diciembre de 1958 y un rudimentario Hospital. Es imprescindible consignar que la casi totalidad del Claustro de Profesores estaba formado por ilustres académicos que no concebían la posibilidad de que en sus aulas estuvieran jóvenes humildes, negros, hijos de obreros o campesinos lo que sólo sucedía de manera muy excepcional. En la Facultad de Pedagogía había, sin embargo, un reducido grupo de esos muy calificados profesionales que tenían ideas revolucionarias.

En esta Facultad surgió la propuesta de conceder al Dr. Ernesto Guevara Serna el Doctorado Honoris-Causa en Pedagogía formulada por dos prestigiosos educadores cubanos: los doctores Séntola Ribalta Suárez y Emilio Plana Ruiz, la alta distinción sería entregada con motivo del primer aniversario de la batalla de Santa Clara. La propuesta fue aceptada por el Consejo Universitario el 1 de diciembre de 1959 en un hecho absolutamente inédito pues era la primera ocasión en que la muy selecta Enseñanza Superior de Cubana confería tan alta distinción a un luchador revolucionario que ya por esos tiempos, además, tenía bien acreditada fama de comunista; por otra parte lo hacía un centro al servicio de la burguesía muy vinculado a la Embajada de los Estados Unidos de Norteamérica.
La mañana del 28 de diciembre de 1959 la Universidad Central y la Ciudad de Santa Clara esperaban el gran acontecimiento mediante el cual se rendía tributo al Che como le decía el pueblo al célebre guerrillero.
Llegada la hora del Acto Solemne se produjeron momentos inciertos. A instancias nuestras el entonces recién graduado Dr. Orlando Noriega Madrigal ha recordado para los lectores de Sudestada lo sucedido. Refiere el Dr. Noriega,
- Discutieron con el Che acerca de la necesidad de que debía colocarse la tradicional Toga y Birrete, conforme a la antiquísima norma protocolar, él aceptó tener la Toga en el brazo al hacer uso de la palabra en respuesta a las palabras de elogio que serían pronunciadas por el Dr. Planas Ruiz. Los padrinos serían los doctores Gertrudis Jiménez y Antonio Ginzo. En el Teatro no había capacidad para nadie más, presidían la Ceremonia todas las autoridades académicas, encabezadas por el Rector Dr. Mariano Rodríguez Solveira, que fuera Embajador de Cuba ante el gobierno de la República Argentina, así como el Alcalde de la Ciudad. Al llegar el momento de hablar el Che se dirigió al micrófono e improvisó de manera brillante un discurso en el que esbozó cual sería la política a seguir por la Revolución en la Educación. Lo hizo despojado de la Toga, no fue un desaire, era una manifestación de ruptura con un pasado definitivamente superado, resume el Dr. Noriega.
El discurso es el siguiente:

Queridos compañeros,
Nuevos colegas del Claustro y viejos colegas de la lucha por la libertad de Cuba.

Tengo que puntualizar como principio de estas palabras que solamente acepto el título que hoy se me ha conferido, como un homenaje general a nuestro ejército del pueblo. No podría aceptarlo a título individual por la sencilla razón de que todo lo que no tenga un contenido que se adapte solamente a lo que quiere decir, no tiene valor en la Cuba nueva; y cómo podría aceptar yo personalmente, a título de Ernesto Guevara, el grado de Doctor Honoris Causa de la Facultad de Pedagogía, si toda la pedagogía que he ejercido ha sido la pedagogía de los campamentos guerreros, de las malas palabras, del ejemplo feroz, y creo que eso no se puede convertir de ninguna manera en un toga; por eso sigo con mi uniforme del Ejército Rebelde aunque puedo venir a sentarme aquí, a nombre y representación de nuestro ejército, dentro del Claustro de Profesores. Pero al aceptar esta designación, que es un honor para todos nosotros, quería también venir a dar nuestro homenaje, nuestro mensaje de ejército del pueblo y de ejército victorioso.

Una vez a los alumnos de este Centro les prometí una pequeña charla en la que expusiera mis ideas sobre la función de la Universidad; el trabajo, el cúmulo de acontecimientos, nunca me permitió hacerlo, pero hoy voy a hacerlo, amparado ahora, además, en mi condición de Profesor Honoris Causa.

Y, ¿qué tengo que decirle a la Universidad como artículo primero, como función esencial de su vida en esta Cuba nueva? Le tengo que decir que se pinte de negro, que se pinte de mulato, no sólo entre los alumnos, sino también entre los profesores; que se pinte de obrero y de campesino, que se pinte de pueblo, porque la Universidad no es el patrimonio de nadie y pertenece al pueblo de Cuba, y si este pueblo que hoy está aquí y
cuyos representantes están en todos los puestos del Gobierno, se alzó en armas y rompió el dique de la reacción, no fue porque esos diques no fueron elásticos, no tuvieron la inteligencia primordial de ser elásticos para poder frenar con esta elasticidad el impulso del pueblo, y el pueblo que ha triunfado, que está hasta malcriado en el triunfo, que conoce su fuerza y se sabe arrollador, está hoy a las puertas de la Universidad, y la Universidad debe ser flexible, pintarse de negro, de mulato, de obrero, de campesino, o quedarse sin puertas, y el pueblo la romperá y él pintará la Universidad con los colores que le parezca.

Ese es el mensaje primero, es el mensaje que hubiera querido decir los primeros días después de la victoria en las tres Universidades del país, pero que solamente pude hacer en la Universidad de Santiago, y si me pidieran un consejo a fuer de pueblo, de Ejército Rebelde y de profesor de Pedagogía, diría yo que para llegar al pueblo hay que sentirse pueblo, hay que saber qué es lo que quiere, qué es lo que necesita y qué es lo que siente el pueblo. Hay que hacer un poquito de análisis interior y de estadística universitaria y preguntar cuántos obreros, cuántos campesinos, cuántos hombres que tienen que sudar ocho horas diarias la camisa están aquí en esta Universidad, y después de preguntarse eso hay que preguntarse también, recurriendo al autoanálisis, si este Gobierno que hoy tiene Cuba representa o no representa la voluntad del pueblo. Y si esa respuesta fuera afirmativa, si realmente este Gobierno representa la voluntad del pueblo, habría que preguntarse también: este Gobierno que representa la voluntad del pueblo en esta Universidad, ¿dónde está y qué hace? Y entonces veríamos que desgraciadamente el Gobierno que hoy representa la mayoría casi total del pueblo de Cuba no tiene voz en las universidades cubanas para dar su grito de alerta, para dar su palabra orientadora, y para expresarlo sin intermedios, la voluntad, los deseos y la sensibilidad del pueblo.

La Universidad Central de Las Villas dio un paso al frente para mejorar estas condiciones y cuando fue a realizar su forum sobre la Industrialización, recurrió, sí, a los industriales cubanos, pero recurrió al Gobierno también, nos preguntó nuestra opinión y la opinión de todos los técnicos de los organismos estatales y paraestatales, porque nosotros estamos haciendo -lo podemos decir sin jactancia- en este primer año de la Liberación, mucho más de lo que hicieron los otros gobiernos, pero además, mucho más de lo que hizo eso que pomposamente se llama la «libre empresa», y por eso como Gobierno tenemos derecho a decir que la industrialización de Cuba, que es consecuencia directa de la Reforma Agraria, se hará por y bajo la orientación del Gobierno Revolucionario, que la empresa privada tendrá, naturalmente, una parte considerable en esta etapa de crecimiento del país, pero quien sentará las pautas será el Gobierno, y lo será por méritos propios, lo será porque levantó esa bandera respondiendo quizás al impulso más íntimo de las masas, pero no respondiendo a la presión violenta de los sectores industriales del país. La industrialización y el esfuerzo que conlleva es hijo directo del Gobierno Revolucionario, por eso lo orientará y lo planificará.

De aquí han desaparecido para siempre los préstamos ruinosos del llamado Banco de Desarrollo, por ejemplo, que prestaba 16 millones a un industrial y este ponía 400 mil pesos, y estos son datos exactos, y esos 400 mil pesos no salían tampoco de su bolsillo, salían del 10 por ciento de la comisión que le daban los vendedores por la compra de las maquinarias, y ese señor que ponía 400 mil pesos cuando el Gobierno había puesto 16 millones, era el dueño absoluto de esa empresa y como deudor del Gobierno, pagaba plazos cómodos y cuando le conviniera. El Gobierno salió a la palestra y se niega a reconocer ese estado de cosas, reclama para sí esa empresa que se ha formado con el dinero del pueblo y dice bien claro que si la «libre empresa» consiste en que algunos aprovechados gocen del dinero completo de la nación cubana, este Gobierno está contra la «libre empresa», siempre que esté supeditada a una planificación estatal, y como hemos entrado ya en este escabroso terreno de la planificación, nadie más que el Gobierno Revolucionario que planifica el desarrollo industrial del país de una punta a la otra, tiene derecho a fijar las características y la cantidad de los técnicos que necesitará en un futuro para llenar las necesidades de esta nación, y por lo menos debe oírse al Gobierno Revolucionario cuando dice que necesita nada más que determinado número de abogados o de médicos, pero que necesita cinco mil ingenieros y 15 mil técnicos industriales de todo tipo, y hay que formarlos, hay que salir a buscarlos, porque es la garantía de nuestro desarrollo futuro.

Hoy estamos trabajando con todo el esfuerzo por hacer de Cuba una Cuba distinta, pero este profesor de Pedagogía que está aquí no se engaña y sabe que de profesor de Pedagogía tiene tanto como de Presidente del Banco Central, y que si tiene que realizar una u otra tarea es porque las necesidades del pueblo se lo demandan, y eso no se hace sin sufrimiento mismo para el pueblo, porque hay que aprender en cada caso, hay que trabajar aprendiendo, hay que hacer borrar al pueblo el error, porque uno está en un puesto nuevo, y no es infalible, y no nació sabiendo, y como este Profesor que está aquí fue un día médico y por imperio de las circunstancias tuvo que tomar el fusil, y se graduó después de dos años como comandante guerrillero, y se tendrá luego que graduar de Presidente de Banco o Director de Industrialización del país, o aún quizás de profesor de Pedagogía, quiere este médico, comandante, presidente y profesor de Pedagogía, que se prepare la juventud estudiosa del país, para que cada uno en el futuro inmediato, tome el puesto que le sea asignado, y lo tome sin vacilaciones y sin necesidad de aprender por el camino, pero también quiere este profesor que está aquí, hijo del pueblo, creado por el pueblo, que sea este mismo pueblo el que tenga derecho también a los beneficios de la enseñanza, que se rompan los muros de la enseñanza, que no sea la enseñanza simplemente el privilegio de los que tienen algún dinero, para poder hacer que sus hijos estudien, que la enseñanza sea el pan de todos los días del pueblo de Cuba.

Y es lógico; no se me ocurriría a mí exigir que los señores profesores o los señores alumnos actuales de la Universidad de Las Villas realizaran el milagro de hacer que las masas obreras y campesinas ingresaran en la Universidad. Se necesita un largo camino, un proceso que todos ustedes han vivido, de largos años de estudios preparatorios. Lo que sí pretendo, amparado en esta pequeña historia de revolucionario y de comandante rebelde, es que comprendan los estudiantes de hoy de la Universidad de Las Villas que el estudio no es patrimonio de nadie, y que la Casa de Estudios donde ustedes realizan sus tareas no es patrimonio de nadie, pertenece al pueblo entero de Cuba, y al pueblo se la darán o el pueblo la tomará, y quisiera, porque inicié todo este ciclo en vaivenes de mi carrera como universitario, como miembro de la clase media, como médico que tenía los mismos horizontes, las mismas aspiraciones de la juventud que tendrán ustedes, y porque he cambiado en el curso de la lucha, y porque me he convencido de la necesidad imperiosa de la Revolución y de la justicia inmensa de la causa del pueblo, por eso quisiera que ustedes, hoy dueños de la Universidad, se la dieran al pueblo. No lo digo como amenaza para que mañana no se la tomen, no; lo digo simplemente porque sería un ejemplo más de los tantos bellos ejemplos que se están dando en Cuba, que los dueños de la Universidad Central de Las Villas, los estudiantes, la dieran al pueblo a través de su Gobierno Revolucionario. Y a los señores profesores, mis colegas, tengo que decirles algo parecido: hay que pintarse de negro, de mulato, de obrero y de campesino; hay que bajar al pueblo, hay que vibrar con el pueblo, es decir, las necesidades todas de Cuba entera. Cuando esto se logre nadie habrá perdido, todos habremos ganado y Cuba podrá seguir su marcha hacia el futuro con un paso más vigoroso y no tendrá necesidad de incluir en su Claustro a este médico, comandante, presidente de Banco y hoy profesor de pedagogía que se despide de todos. (Aplausos Prolongados)

Una vez concluido el Acto hubo personajes que al salir del teatro hicieron toda clase de comentarios irónicos bromeando en torno a como se vería la universidad una vez pintadas sus paredes de tan extraños colores, en clara referencia a que el Che invitaba a que entre estudiantes y profesores existieran negros, mulatos, etc. Uno de ellos se dirigió a un señor llamado Jesús Jaramillo que tenia intereses en la Ferretería La Aplanadora, de esta Ciudad, preguntándole que clase de colores tenía y si contaba con brochas suficientes, era una muestra de la burla de aquellos señores de la reacción que en su gran mayoría abandonaron muy poco después la Universidad y el país. Concluye el Dr. Noriega Madrigal.

Casi 50 años después de aquel acto justísimo de homenaje al Che, nuestra Universidad Central Marta Abreu goza de un sólido prestigio internacional, existen entre sus alumnos y profesores personas de todas las razas así como también estudiantes procedentes de casi todos los continentes, o sea, las ideas del Che hechas realidades.

El 14 de octubre de 1997 a las 7.17 de la noche la urna que contenía los restos del Che fue expuesta al público del interior del país para rendirle postrer homenaje, precisamente, en la Sala del Concejo en donde 49 años antes se había fundado la Universidad que se honró al distinguirlo con un doctorado Honoris- Causa.


Texto: Lic. Arístides Rondón Velázquez.
Historiador.

Tratamiento digital: MSc. Alfredo Artiles Rodríguez.

Santa Clara, 15 de enero de 2009.

viernes, 9 de enero de 2009

Festejos por el 50 Aniversario de la Revolución










El Coronel(retirado) Juan Alberto Castellanos Villamar nació en Las Tunas, el 16 de mayo de 1933, hijo de obrero agrícola y ama de casa, debió trabajar desde muy joven, sólo pudo alcanzar el séptimo grado. Desde muy temprano se incorporó al Movimiento 26 de julio liderado por Fidel Castro. Fue de los escogidos por Ernesto Guevara, a quien quiso como hermano mayor, para difíciles misiones. Acabamos de celebrar su 75 aniversario. Como todo ser humano tiene defectos y virtudes, pero como pocos, una excepcional historia. Participante en la guerrilla de Salta, Argentina 1963, resultó vencido y a la vez vencedor. Tuvo otras experiencias internacionalistas…

¿Cuándo se incorporó al Movimiento 26 de julio?
- Soy fundador del Movimiento 26 de Julio en el antiguo Central Francisco, hoy Amancio Rodríguez, que era un lugar de gran tradición de luchas, mi incorporación se produjo en 1957.

¿Quién era su Jefe?
-Oscar Ayala, que era el Coordinador del M-26 7 en ese lugar.

¿Cuándo conoció al Che?
- Conocí al Che en marzo o abril de 1958.

¿Cuándo empezó a combatir bajo sus órdenes?
-Allá en la Sierra Maestra en una Escuadra que luego se convertiría en la Columna 8 Ciro Redondo.

¿En qué combates participó durante los 25 meses de guerra?
-Altos de la Caridad, Casa de Piedra, Las Mercedes y otros.

¿Usted realizó la Invasión con la Columna 8 que dirigía el Che desde que salió de la Sierra Maestra…?
-Si, desde que salió de la Sierra el 31 de agosto de 1958, pero salí castigado por el Che. La misión que me encomendó fue la de ser Ayudante de los médicos.

¿Por qué lo Castigó el Che?
-Porque yo me fui por la libre de la Escuadra mía para otra escuadra, sin embargo, me escogió para hacer la Invasión pero desarmado, como ayudante de los médicos porque yo sabía inyectar y sabía curar heridas…

¿Fue esa la única vez que lo castigó?
-No, que va, esa fue la primera…

¿Cómo eran sus relaciones con el Che por ese tiempo?
-Muy ácidas, el Argentino era muy exigente, después nos fuimos tomando afecto el uno al otro, luego lo quise como a un hermano mayor, aunque me llevaba recio como loco… hace poco yo le decía a una nieta que al Che había que quererlo de gratis.

¿No tuvo ningún incidente con el Che por esos días de la invasión?
- Sí, uno “muy grave”, estando en El Escambray llegó una hermosa rubia de 24 años que pertenecía a la Dirección Provincial del Movimiento 26 de julio en Las Villas, al verla le lancé un piropo tan encendido como era posible, estábamos varios compañeros, entre ellos el Che que me lanzó una mirada fulminante, por lo que me dije: -Vete, Alberto, no tienes nada que hacer aquí.

¿Quién era la hermosa rubia?
- Aleida March.

¿En qué momento de la lucha usted se incorporó a la escolta del Che?
- En Cabaiguán cuándo él se cae, al brincar una tapia en medio del combate, y se fractura el codo derecho. En un momento que están pidiendo un chofer yo llego a la Comandancia y dije: Yo mismo, y ahí seguí con él el resto de la Campaña, Cabaiguán, Guayos, Placetas, Caibarién, Remedios…hasta Santa Clara, y como yo era el único que sabía manejar me incorporaron a la Escolta, fui manejándole hasta La Habana… él sabía manejar, un poquito.

¿Participó en la Batalla de Santa Clara?
-Si, pero no tiré ni un tiro, sólo hice 3 ó 4 disparos a una avioneta.

¿Estaba usted con el Che en el momento que el argentino tuvo que correr porque apareció una tanqueta enemiga, repentinamente, por el centro de la ciudad de Santa Clara?
-No, en ese momento yo estaba de Jefe de la Comandancia cumpliendo órdenes del
Che.

¿Además de eso que hizo?
-Salí de La Vallita, la madrugada del 28 de diciembre de 1958, un pequeño caserío próximo a Placetas, por un camino paralelo a la carretera central hasta llegar a la carretera de Camajuaní y por esa vía la Universidad Central Marta Abreu. El Che ordenó dejar allí los camiones, él siguió en el jeep, yo manejando y él tirando fotos, en las que se ven dos filas de combatientes, las hizo él. Luego llegamos a un barriecito donde estaba Acevedo. Estando allí llegó Lolita, con un soldado enemigo, que venía incorporarse a las tropas nuestras. E Che se lo asignó a Acevedo.
En otro momento el Che me mandó en el jeep a Placetas a hacer contacto con Faure o Cubelas. Yo estaba padeciendo de fiebres palúdicas, Chávez, un oficial del Ejército Rebelde, me prestó auxilio y le dije la misión que traía.
Ya tarde el día 28 desperté en Placetas, allí el Che fue a verme y le ordenó a Cansino que me guardara el fusil. El 29 pude volver a Santa Clara, luego de mucho trabajo, llegué en el momento en que se estaba entregando el Tren Blindado.

¿Qué sucedió después?
-De las armas ocupadas el Che decidió llevarle a Camilo una bazooka allá a Yaguajay, fui manejándole a Che y a Aleida. En Caibarién o Remedios, no recuerdo exactamente, llegamos a un garaje y el Che me dijo coge el carro que tú quieras, insistí ¿el que yo quiera? Sí el que tú quieras. Cogí un carro yanqui y salimos para Yaguajay. En el camino tuve un accidente al caer en un hueco de los que había hecho Camilo, se explotó una goma. Es entonces que Che entrega la bazooka a Lawton para que la entregara a Camilo. Hay otra versión por ahí de la hija de un compañero, pero la realidad es esta.
Regresamos y el Che me ordenó volver al jeep, ya viajando a Santa Clara Che le dijo a Aleida:
-Mira si Castellanos es bueno que viene desde la Sierra y todavía es soldado.
-Che, yo no vine aquí a buscar grados, me respondió.
-Mentiraaa, a todos nos gustan los grados.

¿No le concedió grado alguno?
-En Santa Clara, me hizo jefe de una escuadra con el grado de teniente. En el viaje hacia La Habana el 2 de enero de 1959 le dio grados de Comandante a Armando Acosta Cordero, (Partido Socialista popular) y no a Acevedo, San Luís, Olo. Yo le hice un comentario mostrando mi desacuerdo y me respondió.
-Yo se lo que hago.
Era verdad que sabía lo que hacía, pero yo era muy joven para comprender todas las cosas del Argentino.

¿Pero usted lo siguió con gran lealtad?
-Yo si sabía que él no se equivocaba, aunque no lo comprendiera.

¿Cómo fue la actitud del pueblo de Santa Clara?
-El apoyo fue unánime, la gente estaba muy alegre, fíjate la carta de despedida al pueblo de Santa Clara, tú sabes que él no regalaba elogios.

¿Qué sucedió con usted con posterioridad al triunfo de enero de 1959?
Seguí trabajando junto al Che, nos radicamos en La Cabaña en donde nos reunimos varios compañeros entre ellos, Hermes Peña, Harry Villegas, José Argudín y yo. Allí residía con mi esposa.

¿Participó en la boda del Che con Aleida March, en calidad de escolta o invitado?
- Ni una cosa ni la otra. Fui testigo de la boda pero, además, la misma se celebró en mi casa. Un día veníamos de Santa Clara para La Habana, vía aérea, y el Che me dice: Vos cree que yo me pueda casar en tú casa, yo le respondí claro que si Che, si usted me dio esa casa, porque él fue quien me dio la casa. Cuando llegué la casa se lo dije a mi mujer. Entre los testigo estamos Fidel, Raúl y yo…

¿Qué es lo más significativo de esos tiempos para usted?
Entre otras, la insistencia del Che en que estudiáramos, ya él tenía otras responsabilidades cuando nos mandó a cursar la Escuela de Administradores, el más estudioso era Hermes. Cuándo el Che realizó el primer viaje al exterior como Representante de la Revolución, nosotros quedamos en la Escuela pero al llegar el Argentino preguntó a los profesores por el comportamiento del grupo y comprobó que Hermes sobresalía.

¿Quién es Hermes Peña Torres?
Un joven que se incorporó a la lucha guerrillera en la Sierra Maestra siendo analfabeto y muy pobre, pero un hombre de unas características especiales para la lucha en las mas difíciles condiciones, el Che lo apreciaba mucho, por sus condiciones, pero estando en la Escuela de Administradores yo noté su ausencia y eso me preocupó por lo que fui a ver al Che.


¿Con que fin fue a ver al Che?
Notamos que Hermes había desaparecido, no sabíamos nada de él, entonces yo le digo a Villegas (Harry) que voy a ver al Che, porque me parece que anda en algo raro y voy a verlo para que me lleve con él si se va de aquí, porque yo sí sabía, o me imaginaba, que él quería ir a luchar a Argentina. Ya en su despacho, solos, le dije que Hermes había desaparecido y que el único que podía saber donde estaba era él, que si había algo contara conmigo.

¿Qué le respondió?
-Lo vamos a tener en cuenta, me fui, pero ratificando mi decisión de irme con él a donde fuera, eso fue en el año 1962.

¿Qué sucedió después?
-En agosto de 1963 me mandó a buscar a la Escuela Básica de Oficiales, ubicada en Matanzas, al encontrarnos me preguntó si yo me acordaba de lo que le había dicho sobre este asunto y le dije que sí, entonces me dijo:
-Son 20 años peleando… no venir más nunca…pensar que de ahora en adelante lo que vivas es de gratis etc. Yo insistía en decirle que sí, en cualquier circunstancia, y salí a fines de agosto de 1963 para Argentina, vía Bolivia.

¿Quién lo recibió en Bolivia?
-Allí yo me encuentro en La Paz con Papi (José María Martínez Tamayo) y Furry (Abelardo Colomé Ibarra) a Furry yo lo conocía, a Martínez Tamayo no, de allí de La Paz me llevaron a Tarija, próxima a Salta, República Argentina, ahí me encontré con Masetti y con Hermes. El viaje fue La Paz-Cochabamba - Cochabamba-Tarija.

¿Qué participación tuvo usted en la guerrilla de Salta?
-Yo me encontré con Masetti y Hermes en la frontera… en Tarija, a donde me condujeron Papi y Furry. Masetti traía un argentino enfermo y yo lo convencí, a él y a Hermes para incorporarme, la orden que yo tenía era esperar al Che, Masetti le mandó un papel al Che y es así como yo me incorporé a la guerrilla, iniciando de inmediato las exploraciones. En ese tiempo tuve que ser operado de la garganta en Córdoba. Me reincorporé en cuanto pude. El 4 de marzo de 1964 resulté detenido, luego Hermes fue muerto el 18 de abril. Fui conducido ante su cadáver para que lo identificara y a la vez que yo alegaba no conocerlo recibía más golpes, pero mantuve, en medio del dolor por la muerte de un gran compañero, que no lo conocía. Otro hombre y yo debimos situarlo en el modesto ataúd en que sería sepultado.

¿Cuál es su opinión sobre Masetti y qué sucedió con él?
-Para mí era un gran revolucionario, un gran hombre que era más político que militar, exigente igual que el Che. Al momento de caer traía 30 mil dólares encima, más algún dinero Argentino, un reloj Rolex de él y otro de un compañero. Para mí los gendarmes llegaron donde estaba Masetti y, si estaba herido lo remataron y si estaba muerto lo enterraron o lo dejaron ahí y se apoderaron de la plata.

¿Usted cree que encontremos esos restos algún día?
-Bueno el último que lo vio fue Héctor Jouvet, Comisario Político, nombrado como tal por Masetti, sé que era un lugar muy alto.


¿Qué sucede con usted cuando lo detienen y en los días posteriores?
- Cuándo me detienen, el 4 de marzo de 1964, yo pensaba que iba a morir, junto a un cordobés también detenido, al que yo le dije que no dijera nada, porque nosotros estábamos solos allí, y de todas maneras nos iban a matar, si dices algo nos van a torturar preguntándonos cosas que tú no sabes ni yo tampoco. Así nos mantuvimos, solamente nos dieron una paliza, a mí me dieron un bayonetazo en el cuello, pero me salvó un Sargento que dijo: no, no lo mates. Después el General Julio A. Alzogaray que era el Jefe de la Gendarmería me dijo personalmente que nosotros nos habíamos salvado porque el Jefe del Regimiento nos había presentado a la Prensa ese mismo día.
Por cierto uno de sus hijos era de los Montoneros y murió, otro se asiló en Méjico.

¿Cómo logró burlar a sus captores y ocultar por tantos años su verdadera identidad?
-Yo tuve suerte, en diciembre de 1963 a mí me tuvieron que sacar de Salta para operarme de la garganta, recibí el nuevo año en una casa familiar en Córdoba. Me operaron a mediados de enero más o menos, el médico que me operó, Dr. Chapira, no tenía nada que ver con nuestra organización y cuando me hizo la Historia Clínica le di el nombre correspondiente a la leyenda que me había fabricado: Raúl Moisés Dávila Suiero, natural de Ica, Departamento costero de Perú, Estudiante Universitario. En los interrogatorios a que fui sometido cada vez que me daban una paliza yo cambiaba de nacionalidad, hasta que les dije:
-Está bien, voy a confesar.
Entonces les tiré la leyenda, dije que yo había ido a estudiar a la Universidad de Córdoba, que de allí me encontré a algunos muchachos conocidos, que yo era nacionalista de izquierda, que simpatizaba con este proyecto, por otra parte da la casualidad que le había pedido al cordobés, detenido conmigo, una dirección que no comprometiera a nadie porque ya yo estaba seguro de que no nos iban a matar y me da la siguiente dirección: Sol de Mayo No. 125, que es o era, un albergue de estudiantes universitarios, o sea, la leyenda fue creíble, la Historia Clínica, la dirección en Córdoba …y me dejaron tranquilo, no hurgaron más.

¿Tuvo algún problema con su falsa identidad durante el juicio?
-He analizado esto con amigos argentinos, los argentinos son muy inteligentes, y llegamos a estas conclusiones:
Si se dieron cuenta, se quedaron callados porque un indio como yo se hubiera burlado de la Inteligencia argentina, un organismo de alto nivel.
Lo otro, pudiera ser, que en verdad no me descubrieran. También hay que tener en cuenta que los argentinos que sabían que yo era cubano no me delataron.

¿Qué sanción le fue impuesta?
-Fui condenado a 5 años, pero sólo cumplí 3 años y 10 meses, casi 4 años, en Salta y Tucumán.

¿Tengo entendido que hubo una situación muy difícil relacionada con el joven cuya identidad usted había adoptado?

-Una situación difícil fue cuando asesinaron al Che, publicaron una foto de su boda y un preso común me reconoció por un detalle, le decían El Indio, no sé como se llamaba, o se llama, pero ese hombre no me delató.


¿Cómo fue la actitud del argentino Ciro Roberto Bustos por esos años?
-Bueno fue muy positiva con nosotros, y después mientras estuvimos presos también.

¿Cómo y cuándo se produce su regreso?
-Yo salí de la Cárcel el 14 de diciembre de 1967, me llevaron para la policía, de allí me querían llevar para inmigración pero los abogados lograron sacarme y que me presentara el siguiente día…ahí mismo les vendí el cajetín… llegué a Cuba el 4 de enero de 1968.

¿Qué sucedió al llegar a Cuba?
-Un compañero me sacó, con discreción, del aeropuerto y me llevó para una casa de seguridad en Siboney allí estuve dos días hablando con cubanos, porque yo hablaba como argentino, para poder reincorporarme a una vida normal, pues la leyenda era que yo estaba en la Unión Soviética estudiando Cohetería

¿Ha visitado, después, a Argentina?
-Nunca, aunque no me han faltado los deseos de hacerlo.

En el 2008 celebramos el 80 cumpleaños del Che, supongamos que usted le pudiera hacer un regalo ¿qué le obsequiaría?

-Mi trabajo, mi historia, que me he portado a la altura de lo que él me enseñó y que
estoy dispuesto a hacer de nuevo todo lo bueno que he hecho.


* El 12 de abril de 2003 fueron depositados los restos de Hermes Peña Torres en el Memorial Ernesto Guevara.
Lic:Arístides Rondón Velazquez