Realizar una investigación histórica seria y desprejuiciada sobre una figura de la dimensión de Ernesto Guevara de la Serna es un empeño muy difícil, sin embargo, aceptamos el reto basándonos en un principio que él nos dejó claro: respeto total a la verdad histórica, sin influencias personalistas, ocultamientos y tergiversaciones. Guiados por ese principio y dejando claramente establecido que lo aquí expuesto está dirigido a especialistas que utilizarán esta información conforme a la capacidad y necesidad de los posibles receptores realizamos esta tarea que de seguro podrá ser ampliada.
A fines del siglo XIX unieron sus vidas Juan Martín de la Serna Ugalde y Edelmira de la Llosa los que viajaron a Berlín a principios del siglo XX con sus hijos: Carmen, Jorge , Juan Martín y Edelmira, allá les nació Sara. Después del regreso a Argentina nacieron Arturo y Celia, la menor, el 23 de junio de 1906, en las fuentes que nos ha sido posible consultar hemos apreciado que se mencionan distintas fechas pero con mínimas diferencias.
Juan Martín de la Serna Ugalde, padre de Celia se suicidó pegándose un tiro mientras estaba en su camarote durante otro viaje a Europa. Su cuerpo sin vida fue lanzado al mar conforme a lo estipulado en estos casos. En carta dejada a su hija mayor Carmen, no a la madre de sus hijos le expresó que el motivo de su drástica determinación era que padecía un mal incurable, la pequeña Celia tenía sólo meses de nacida.
La Señora Edelmira de la Llosa falleció en el año 1913, quedando toda la familia bajo la dirección de la hermana mayor Carmen que aun no había cumplido 20 años. Celia era objeto de sobre atención de parte de todos por el hecho de ser la más pequeña.
Se trataba de una familia de la aristocracia argentina, Juan Martín de la Serna Ugalde fue un destacado Jurista y Profesor Universitario, cercano colaborador de Hipólito Irigoyen personalidad relevante de la historia de la República Argentina en la que ejerció la Primera Magistratura en dos períodos, el primero desde el 12 de octubre de 1916 hasta 1922 y el segundo desde el 12 de octubre de 1928 hasta 1930 ocasión en que fue desplazado del Poder por un golpe de estado que llevó al poder a un militar. Ese golpe fue justificado por la imposibilidad de Yrigoyen de solucionar los graves problemas que provocaban la Crisis Económica iniciada en 1929.
Irigoyen, postulado por el Partido Unión Cívica Radical, había sido el primer Presidente de la República Argentina elegido democráticamente en 1916, período en que ejerció con gran apoyo popular. En 1921 decidió abandonar, soberanamente, la Sociedad de Naciones, formada entonces por 42 miembros y que se disolvió en 1946 dando lugar a una nueva organización mundial: la ONU.
La Señora Ana Linch, hija de Francisco Linch, argentino, nació y vivió en California, Estados Unidos de Norteamérica hasta haber cumplido los doce años momento en que regresó con su familia a Argentina, lugar que había tenido que abandonar su familia y radicarse en Estados Unidos porque el padre era víctima de persecución política por su negativa a pertenecer al Ejército del General Juan Manuel de Rosas, lo que significaba que sería objeto de la mas cruel represión por parte del tirano. Francisco Linch hizo fortuna en San Francisco de California en donde estuvo radicado 30 años y mantuvo su posición política contraria a la tiranía. Regresó a su patria después de esos 30 años de exilio, luego de caer el gobierno dictatorial de Rosas que se había extendido de 1843 a 1852.
Roberto Guevara, padre de Ernesto Guevara Linch, nació en California ya que su padre, y el resto de la familia fueron a esta parte del territorio norteamericano como emigrados políticos, procedentes de Chile en donde se habían refugiado inicialmente, desde allí realizaron una expedición a los Placeres de California , nombre que debe ser muy tenido en cuenta pues biógrafos mal intencionados han relacionado este nombre con prostíbulos, vinculándolos a Juan Antonio Guevara (bisabuelo de Ernestito) alegando que esa era la base de su fortuna. Puede tratarse de una interpretación equivocada pero Don Ernesto Guevara Lynch aclaró que se ha tratado de manchar la imagen de sus predecesores deliberada y malintencionadamente.
Roberto Guevara pudo cursar estudios en Buenos Aires y graduarse de Ingeniero Geógrafo en Córdoba, razón por la que le fueron encomendados importantes trabajos en 1898 por el gobierno argentino, como por ejemplo establecer el límite entre la provincia de Santiago del Estero y la Gobernación del Chaco, Roberto estaba auxiliado en su trabajo por soldados que lo defendían del ataque de la población aborigen que los creía enemigos. Realizó el trabajo en condiciones muy difíciles por no haber ríos, arroyos y tener que soportar un calor de hasta 48 grados.
El Ingeniero Guevara fue Jefe de la Quinta Comisión de Límites, en 1902, trabajaba en la cordillera de los Andes para dirimir el diferendo que existía entonces con Chile, era un dificilísimo trabajo realizado a varios miles de metros de altura sobre el nivel del mar. En 1902 inició la mensura (medidas) en la provincia de Mendoza, efectuar el catastro de esa zona inmensa le ocupó 15 años de duros sacrificios físicos y familiares, se trata de un territorio muy agreste afectado por ciclones, calores, lluvias torrenciales, enfermedades desconocidas por él y sus acompañantes, puna, por ejemplo, que es un malestar que se padece como resultado del enrarecimiento del aire a gran altura.
Entre sus compañeros debió sufrir la pérdida de algunos de sus hombres como es el caso del también Ingeniero el sueco Ebensen, que desobedeciendo los consejos de los Prácticos escaló un cerro, Los Tombillos, de 6 000 metros de altura para colocar en la cima una señal geodésica, sorprendido por una tormenta de nieve tuvieron que darlo por desaparecido a pesar de la intensa búsqueda efectuada con todos los recursos disponibles en esa época.
Ernesto Guevara Linch, hijo de Ana Linch y del Ingeniero Roberto Guevara tenía excelentes relaciones de amistad con Celia de la Serna y de la Llosa, hija Juan Martín de la Serna y Edelmira de la Llosa amistad compartida con todos los hermanos de Celia. En esta fecha sus padres habían fallecido y como se ha escrito antes eran seis los hermanos de Celia, tres varones y tres hembras.
Mientras la familia de la Serna observó que la relación de los jóvenes era solo amistosa no hubo dificultad alguna, sin embargo, cuando comprobaron que había algo más que amistad entre Celia y Ernesto se produjo una tormenta: ninguno de los hermanos de Celia aprobaba esa relación. Debido a que Celia era menor de edad no podía haber matrimonio porque sus hermanos mayores no daban su aprobación.
Celia era profundamente religiosa, se había formado en colegios de esa índole, e incluso era estimulada por las monjas del Colegio a tomar los hábitos, según opiniones autorizadas debido a las riquezas que poseía, creyente apasionada lo era a tal extremo que solía ponerse cuentas de vidrio en sus zapatos a manera de cilicio, o sea, como un suplicio voluntario.
Celia tenía entonces 20 años y Ernesto 27. Ella era una mujer muy culta que dominaba el idioma francés igual que su lengua materna, y manejaba con soltura la Lengua Inglesa. Ernesto era igualmente una persona de gran cultura y mucho mundo, al decir de Celia, había matriculado más de una carrera universitaria pero no concluyó ninguna, aunque se desenvolvió con éxito en la arquitectura e incluso en la Medicina.
Ambos jóvenes decidieron hacer con sus vidas lo que ellos creyeron conveniente sin importarnos un comino las charlatanerías mundanas, que eran usuales en los años iniciales del siglo XX, según afirmación de Don Ernesto en su obra Mi Hijo el Che.
Debieron actuar, obligados por las circunstancias, ya que no consiguieron convencer a los hermanos y hermanas de que aceptaran su decisión firme de casarse, por lo que se vieron obligados a ofrecerles un hecho consumado: Celia simuló haber huido con Ernesto para lo que contó con la complicidad de una tía de su madre, Doña Mercedes Lacroze Llosa, desde esa casa y con la mediación de Mercedes lograron su objetivo, se casaron el 9 de diciembre de 1927, con la asistencia sólo de de dos de sus seis hermanos y hermanas: Juan Martín y Jorge. En la crónica social del diario La Prensa del siguiente día está reflejado el acontecimiento.
La familia aceptó, obligada de esa manera, el matrimonio pero Celia debió recurrir a la justicia para lograr su herencia, sin embargo parte de las tierras que pertenecían a la demandante permanecieron en poder de la familia que alegó, a través de su Abogado, que las administrarían mejor, lo cual no es discutible. Por ese entonces ya Celia estaba embarazada.
Con el objetivo de alejarse de la mojigata sociedad a que pertenecían, por sus apellidos, decidieron salir de Buenos Aires y es cuando Ernesto y Celia compran 200 hectáreas de tierra en Puerto Carataguay, territorio de Misiones situado a 2 700 km de Buenos Aires, (hoy es una de las 23 provincias que forman la República Argentina) un lugar selvático, agreste, en donde Ernesto y sus peones construyeron una amplia casa, a orillas del río Paraná, rodeada de todo tipo de animales desconocidos, arrullados por el río y sin electricidad. Allí pasó Celia los siguientes meses de su embarazo bajo el cuidado de su marido y alguna empleada, conforme a las posibilidades que el difícil lugar permitía. Guevara Linch expresa en su libro Mi hijo el Che refiriéndose a aquellos parajes:
…aquella tierra llena de misterio, en donde desde el momento en que uno pisaba sus riberas sentía que la protección de su vida estaba en su machete o su revólver, influyó poderosamente en ella y debo suponer también que todo lo que pasase por su mente en aquellos momentos pudo influir sobre aquel ser que ella estaba gestando.
Ya para ese tiempo las ideas de Celia eran más terrenales y su evolución fue sin ninguna imposición de Ernesto, que sabía muy bien que de intentarlo no lo lograría, debido al firme carácter de aquella excepcional mujer.
En los primeros días de mayo de 1928, ante la inminencia del parto, Ernesto lo arregló todo y partieron hacia Rosario en donde un primo suyo médico los alojó en su casa y se ocupó del nacimiento del niño, hecho que se produjo en un Hospital, siendo inscripto con fecha 14 de junio de 1928, un mes exacto posterior al nacimiento real, fueron testigos del hecho el taxista brasileño José Beltrán y un primo de Guevara Linch, Raúl Lynch, marinero entonces, que a fines de la década de 1950 ocupaba un cargo diplomático en la Embajada de su país en La Habana desde donde brindó toda la ayuda que pudo a la familia Guevara de la Serna. En cuanto a la fecha de nacimiento referida hay desacuerdos. Yo festejo el cumpleaños del Che el mismo día que él lo hacía: 14 de junio. Sin embargo reflejamos la polémica fecha, lo cual carece de trascendencia.
Después del parto se establecieron en la casa situada en la calle Entre Ríos No. 480, en Rosario en donde permanecieron poco tiempo pues volvieron a Buenos Aires dijeron que el parto se había adelantado…por esos días llegaba a la Presidencia de la República Argentina Don Hipólito Irigoyen, para ejercer su segundo período como Presidente de la Republica Argentina, que había sido muy amigo y correligionario de Juan Martín de la Serna Ugalde, abuelo materno de Ernestito. Luego de su estancia en Buenos Aires el matrimonio regresó a Carataguay en donde estuvieron un tiempo limitado. Es importante consignar que en este lugar se comenta, por tradición oral, que en ocasión de que Ernesto viajara a Montevideo, Uruguay, como representante diplomático cubano a principios de la década de los 60, fue a aquel lugar en que pasó su más remota niñez, dato que no está documentado históricamente.
De ese tiempo Guevara Lynch nos narró un hecho que rebela rasgos interesantes del pequeño Ernestito: poco después de que el niño empezara a caminar el padre lo mandó a la cocina, distante cerca de 20 metros según escribió en Mi hijo el Che, en busca de mate la tradicional bebida de los argentinos, al niño se le interponía una zanja pequeña y al cruzarla se cayó, de mal humor regresó de nuevo a la cocina se volvió a caer y regresó de nuevo hasta que aprendió a salvar el obstáculo y cumplir la encomienda de su padre, hecho que recuerda lo expuesto por José Martí en 1889 en La Edad de Oro … las cualidades esenciales del carácter, lo original y enérgico de cada hombre, se deja ver desde la infancia en un acto, en una idea, en una mirada
Los obreros de aquellos lejanos parajes eran objeto de la más brutal explotación, pues a los mismos no se les pagaba con dinero, sino con vales que recibían por su trabajo y que solo tenían valor en el Comercio de los dueños que vendían productos de bajísima calidad por un precio diez veces más alto que el real. Los que se rebelaban eran perseguidos como cimarrones y castigados salvajemente cuando era posible. El matrimonio Guevara – Serna conoció muy de cerca la explotación a que eran sometidos aquellos hombres llamados Mensú, descendientes de los aborígenes encadenados a la protección de las antiguas misiones jesuítica españolas. Guevara Linch era el único hacendado que pagaba con dinero, razón por la cual fue calificado de comunista por los demás propietarios. Ernestito residió allí hasta 1931, o sea, menos de dos años, sin embargo sus padres le recordaban detalles de aquel lugar que sin duda le impresionaron de manera notable.
En 1931 el Astillero Río de Plata funcionaba con dificultades y como Guevara Linch era uno de sus propietarios decidió establecerse en sus proximidades de manera provisional para poder atender el negocio pues él pensaba regresar a Carataguay para seguir atendiendo su plantación de yerba mate y no abandonar un lugar en donde se sentían muy bien a pesar de las distancias. Se produce entonces un hecho que marcaría a Ernestito durante toda su corta vida. El lugar seleccionado fue San Isidro y es allí en donde el niño empezó a padecer asma y con él toda la familia a sufrir la angustia de ver a Teté víctima de ese dramático padecimiento, que enfrentó como un reto más. Su padre consideró que el asma de Ernestito surgió como resultado de la inexperiencia de Celia, lo que provocó tensiones en la pareja al respecto escribe en su libro Mi hijo el Che:
Nos gustaba mucho bañarnos en el río y en verano lo hacíamos casi todos los días en las playas del Club Náutico San Isidro. Una fría mañana del mes de mayo y además con mucho viento, mi mujer fue a bañarse al río con nuestro hijo Ernesto. Llegué al Club en su busca para llevarlos a almorzar y encontré al pequeño en traje de baño, ya fuera del agua tiritando. Celia no tenía experiencia y no advirtió que el cambio de tiempo era peligroso en esa época del año.
Hay un hecho que no debe ser ignorado y al cual no hace referencia Guevara Linch, antes de que a Ernestito se le diagnosticara asma él solía exponer el niño al aire fresco, a medio vestir, alegando que tenía …que hacerse macho.
La familia empezó a crecer hasta convertirse en una prole numerosa establecida en lugares diversos buscando el bienestar mayor para el niño. La pareja concibió otros 4 descendientes.
Celia, el 31 de diciembre de 1929.
Roberto, el 18 de mayo de 1932.
Ana María, el 28 de enero de 1934.
Juan Martín, el 18 de mayo de 1943.
Antes de que Ernestito pudiera caminar entró en la vida familiar una mujer que ejerció notable influencia en él y en todos los demás hermanos : Carmen Arias, se trataba de una española, de La Coruña, que atendía a los niños y niñas con tan especial devoción y tenía tan excelentes relaciones con Celia de la Serna , que los mismos parecían hijos de ella, a menudo debió resistir los reclamos de Guevara Linch, pues cuando el mismo iba a pegar una nalgada a uno de sus críos, invariablemente el golpe lo recibía Carmen pues buscaba la forma de que no tocara a la posible víctima, el padre, a veces ofuscado, le recriminaba su conducta. Ella aceptaba la reprimenda muy callada pero volvía a hacer lo mismo. La primera palabra que aprendió a decir Ernestito fue tete para identificar el chupete, entonces Carmen le empezó a llamar Teté el que no olvidó ese nombre nunca y en especiales condiciones lo utilizó para comunicarse con sus padres.
Guevara Linch sintió tanta admiración y respeto por Carmen Arias, que 40 años después de que hubiera atendido a sus hijos expresó que si tuviera que personalizar la lealtad lo haría sin duda con la persona de Doña Carmen Arias. Ella estuvo con los niños durante 8 años, pero de manera muy directa con Ernestito al que brindaba cuidados especiales. Al tener que abandonar a la familia Guevara de la Serna por su matrimonio con el también español de La Coruña, Alfredo Gabela lo hizo con profundo dolor y señalando a Robertico, llorando le rogaba a Celia…Señora cuídemelo mucho, esta despedida se produjo en la estación ferroviaria de Alta Gracia. La lealtad y amistad de Carmen y luego de su esposo, no fueron olvidados nunca, tanto que Gabela se fue a Uruguay a encontrarse con Ernestito en Punta de Este, Uruguay, varios años después… cuando ya Ernestito era el Che.
Algunas de las características de la familia Guevara de la Serna que no pueden ser ignoradas al estudiar la vida de Ernestito son las constantes mudanzas de los mismos, los diferentes lugares en donde se establecieron y su peculiar sentido de la vida, de Doña Celia y Don Ernesto. Algunos amigos de Ernestito y personas que sirvieron a la familia dicen que había discusiones delante del hijo mayor las que debieron afectarlo lógicamente y se especula en el sentido de que ante discusiones violentas de sus padres Ernestito aprendió el recurso de decir: Papá inyección, con lo que sus padres se olvidaban de la misma y le dedicaban toda la atención necesaria.
La pareja se desintegró aunque compartían el mismo techo y esa ruptura se hizo total posterior al nacimiento de Juan Martín, Ernesto Guevara Linch se une entonces a la maestra Ana María Erra Arredondo, 30 años menor que él y con quien funda una nueva familia, no obstante no contrae matrimonio con Ana María hasta después de la muerte de Celia ocurrida el 18 de mayo de 1965. De esta relación nacen Ana María, Ramón y Ramiro todos radicados en Cuba junto a su madre. Durante la enfermedad de Celia y su ingreso hospitalario Guevara Linch estuvo al lado de la que había sido su esposa y de los hijos de ambos hasta el final, menos Ernesto que estaba en el Congo en ese momento.
Quien aporta estos datos tuvo el privilegio de ser amigo de Don Ernesto Guevara Lynch hasta el final de sus días el 3 de abril de 1988, y tiene el de serlo actualmente de Ana María y sus hijos, dejo constancia de que expreso estas ideas precisamente por haberlo conocido, por respeto a su memoria. Guevara Lynch era un caballero y hablaba con devoción de Celia a la que seguía llamando mi mujer. Debo consignar que de estos temas nunca hablamos, ni formulé pregunta alguna, estos detalles los he conocido por vías diversas. Al respecto sólo recuerdo lo que me dijo refiriéndose a la muerte de Celia:
Murió sin decir Ay de dolor ni una vez. Ella formó el carácter del Che, insistió.
Al cumplirse 20 años la muerte de Don Ernesto hablé con Ana María Erra, recordamos algunas anécdotas del mismo, pronto ella cumpliría 68 años. En esa conversación me algo sorprendentemente histriónico de su esposo.
Podemos señalar por lo menos 12 lugares de residencia de Ernestito desde 1928 hasta su partida de Buenos Aires, que él no sabía definitiva, en 1953.
1. Entre Ríos 480 (Rosario)
2. Santa Fe y Guise (Palermo, Buenos Aires)
3. Caraguatay (Misiones) (Museo)
4. Calle Alem, a pocas cuadras del CASI, (San Isidro, (provincia de Buenos Aires)
5. Bustamante y Peña (Recoleta, Buenos Aires)
6. Plaza Hotel, frente a la plaza San Martín (Córdoba Capital)
7. Hotel "La Gruta", (Alta Gracia, Córdoba) (Junio de 1933)
8. Villa Chichita (Alta Gracia, Córdoba)
9. Villa Nydia (Alta Gracia, Córdoba) (Museo)
10. Chile 288, (Córdoba Capital) (1943)
11. Arenales No. 2208 y Uriburu (Recoleta, Buenos Aires)
12. Araoz 2180 (Palermo, Buenos Aires)
Ernestito no pudo asistir a la escuela, como sus hermanos y los demás niños, razón por la cual a principios de 1936 Celia recibió una comunicación del Ministerio de Educación argentino en el que se expresaba que Ernesto Guevara Serna de siete años cumplidos no figuraba inscripto en ningún establecimiento escolar, algo que lejos de molestarla la enorgulleció al saber que su país daba importancia a la Ley 1420, que establecía la educación laica, gratuita y obligatoria. Celia respondió explicando los problemas de salud de su hijo y se comprometió a seguir las tareas que indicara la escuela hasta tanto el niño estuviera en condiciones de asistir a la misma.
Ernestito no asistió a la escuela a recibir el primero inferior y primero superior, según Organización Escolar de ese país, cuando mejoró cursó en alguna medida segundo y tercer grado, en cuarto, quinto y sexto asistía cuando podía. Roberto era el encargado de traer las tareas que debía realizar su hermano mayor y devolverlas para su revisión, según expresión de Guevara Linch la maestra era Celia.
El niño asimilaba muy bien los contenidos escolares y además aprendió francés con su madre, de manera que cuando Ernestito tenía 12 años leía obras de autores franceses en ese idioma, descollaba por su amplia cultura y su actividad deportiva. Es este campo el que propicia, tiempo después su amistad con otro joven Alberto Granado, 6 años mayor que él pero de similares intereses. Esa amistad sería la más importante de todas las de Ernesto Guevara de la Serna.
Durante la infancia y adolescencia de Ernestito se produjeron numerosos hechos importantes que ejercieron notable influencia en su formación.
La Guerra del Chaco, enfrentamiento que se produjo entre 1932 y 1935 entre Bolivia y Paraguay por el dominio de un territorio llamado Chaco boreal, ambos países se disputaban su posesión estimulados por la posible presencia de yacimientos petroleros en lo que tuvo mucho que ver la Standard Oil Company yanqui, que azuzó a Bolivia para esa guerra.
En casa de la familia Guevara de la Serna se discutía muy frecuentemente de política pues en la casa recibían a muchas amistades de distintas procedencias y esas conversaciones eran seguidas con mucha atención por Ernestito a pesar de su corta edad, no se trata de sobredimensionar a una figura ya consagrada por la historia, sino que hemos podido comprobar, por vías diversas el elevado nivel de quien era todavía un niño, al respecto Granado nos comentó que en algunas ocasiones discutía con su amigo y este le ofrecía argumentos que el ignoraba a pesar de ser 6 años mayor, lo que atribuye Granado a su dominio de la Lengua Francesa y al uso intenso que hacía de la bien nutrida Biblioteca personal de su padre.
Fue costumbre de la familia Guevara de la Serna hacer largas sobremesas en donde se hablaba de sus antepasados, entre los que había personalidades tan relevantes como un Virrey, así como de las vivencias de los bisabuelos de los chicos en California, la Primera Guerra Mundial, la Guerra Civil española y cuanto acontecimiento importante ocurriera, pues tanto Celia como Ernesto eran personas de elevado nivel cultural y político, es lógico que así sucediera con la Guerra del Chaco y que los chicos tuvieran sus iniciativas.
Muchos muchachos de Alta Gracia se organizaron para efectuar batallas en defensa de Paraguay y Bolivia, los defensores de Paraguay estaban comandados por Ernestito y sus hermanos acompañados de la célebre pandilla, los defensores de Bolivia estaban comandados por los hermanos Dante-Vidosa los proyectiles eran unos frutos grandes y pesados y naranjas ácidas que dejaban manchas permanentes en la ropa. A menudo aquellas riñas debieron ser disueltas con ayuda de adultos pues los pretendidos soldados se tomaban su papel muy en serio.
Cuando en 1935 se firmó la paz con que concluyó la guerra ellos también cesaron los combates. No es casual que Ernesto estuviera entonces del lado paraguayo pues conocía, por las tertulias que se efectuaban en su casa que toda la razón estaba de ese lado, que el Ejército paraguayo estaba debilitado así como que el Ejército boliviano estaba entrenado por el General Kunt que fue uno de los jefes alemanes que luchó en Europa en 1914, pero además contaban los gobernantes bolivianos de entonces con dinero y asesoramiento yanquis. Ernestito era consciente de eso.
Otro hecho de gran influencia en Ernestito, de lo que da fe su padre, fue la Guerra civil española que se produjo desde julio de 1936 hasta abril de 1939 y enfrentó a una parte del Ejército con el Gobierno Legítimo, los sublevados vencieron e instauraron la dictadura de Francisco Franco, Líder de los sublevados.
De casi todo el mundo el pueblo español recibió apoyo, en Alta Gracia, y otras partes de Córdoba, de la República Argentina en general, se organizaron Comités de ayuda a ese pueblo que defendía sus derechos frente a una coalición imperialista, Francia, Italia y Alemania por ejemplo, casi todos los pueblos de América apoyaron al pueblo español (Cuba se destacó).
Ernestito participó de manera activa en la campaña para ayudar al pueblo español, allí en Alta Gracia se refugió el español republicano Dr. Juan González Aguilar cuya casa era un centro de lucha en donde Ernestito participaba, realizando actividades acordes con sus 9 años y de manera muy responsable.
En forma alguna trataremos de mostrar al pequeño, como un niño perfecto, pues en realidad y a pesar de estar dotado de una inteligencia notable era eso: un niño, nos contó Don Ernesto que en una ocasión Teté le respondió en muy mala forma a su madre, el padre al oír aquella falta de respeto a Celia salió en busca del chico, pero al llamarlo el mismo huyó a sabiendas de que sería golpeado. El padre lo persiguió a caballo por aquel lugar lleno de árboles, llamándolo. No lo encontró.
Cuando habían pasado varias horas el padre contrató a otro niño, mayor que Teté y buen corredor, para que lo buscara. El chico contratado vendía dulces, aceptó el trato: debía traer a Teté y ganaría 5 pesos. Pronto lo localizó y lo llamó para darle un dulce a lo que el perseguido respondió que se lo tirara. Entonces Ezequiel, el perseguidor, corrió tras él pero cada vez que lo tenía cerca se le escapaba de entre las manos…Ezequiel tuvo que renunciar a sus 5 pesos.
Al contar a Don Ernesto lo sucedido, con mucho dolor por la pérdida de su presumible ganancia, Don Ernesto lleno de alegría, le pagó pues había comprobado la capacidad física y la voluntad de su hijo mayor. Ya de noche la angustia de Don Ernesto era insoportable, es el momento en que Celia le dice que no se preocupe, que ella lo vio salir con el aparatico para el asma y un pedazo de pan, que ella estaba segura de que volvería tan pronto sintiera hambre…tarde en la noche Teté entró comió y se acostó en silencio sin saber que su madre lo espiaba, la que fue a decirle a su marido que ya el niño había regresado.
En este trabajo anotamos algunas ideas que pudieran ayudar a formarse una opinión de cómo transcurrió la vida del niño Teté, entre juegos, excursiones, paseos, viajes por mar en el yate que tenía Don Ernesto, así como también en la famosa Catramina que conducía Celia, generalmente, y en la que viajaban todos los amigos de los hermanos Guevara de la Serna muy humildes, también el medio en que se desarrolló caracterizado por los enfrentamientos entre sus padres que algunos malintencionados exageran al decir que iban a la mesa armados cada con un revólver. Expresar la verdad histórica por parte nuestra es una forma de demostrar las insólitas y absurdas manipulaciones de los enemigos de Ernesto Guevara.
El joven Ernesto concluyó sus estudios pre-universitarios en 1946 en el Liceo Dean Funes, manifestó su interés por la Ingeniería, por estos tiempos practicaba Rugby, que exige mucho esfuerzo, participa activamente en manifestaciones antifascistas y tiene un empleo como especialista en Suelos, en donde rechaza la propuesta de funcionarios corruptos para que altere el resultado de los análisis de laboratorio que lleva a cabo, con lo que obtendría un buen dinero
Poco después, mientras trabajaba en la Dirección de Vialidad de Córdoba y matricula Ingeniería en la Universidad de Buenos Aires.
En marzo de 1947 enfermó de gravedad su abuela Ana Linch, persona a la que él quería de manera entrañable y con la que tenía una relación muy especial, lo abandonó todo y fue junto a su abuela a la que atendió personalmente durante 17 días viéndola languidecer impotente, hasta que la vio morir. Se trata de un hecho de trascendental importancia en la vida de Ernesto Guevara de la Serna que tendría gran repercusión en su futuro: decidió reorientar sus estudios por lo que matriculó medicina en la Universidad de Buenos Aires, es algo que lamentaron todos los que le conocían y sabían de sus posibilidades en la especialidad que desechaba.
Al tiempo que estudiaba las asignaturas correspondientes leía de una manera incansable, devoró según palabras de su hermano Roberto los 25 tomos de Historia Contemporánea del Mundo Moderno, así como también leyó autores tan diversos como Benito Mussolini, Josef Stalin, Jack London, Freud, Mariategui, Martí, Marx, una figura que lo deslumbró tanto que en sus días clandestinos en África realizó un esquema que le permitiría hacer una biografía del genial creador de la teoría marxista. Obviamente no tuvo tiempo para ello.
Su padre confesó que ya en 1948, Teté tenía una cultura más elevada que la suya, así como que lo provocaba para establecer discusiones que se hacían tan tensas que cualquiera que los oyera creería que estaban en una riña violenta. Teté se divertía a costa de su viejo, que era el que le había propiciado, a través de su formidable biblioteca, una cultura mas vasta que la de su padre.
Residiendo en Buenos Aires decidió realizar un viaje por el interior de su país, lo hacía sin recursos o con muy escasos recursos, así el 1 de enero de 1950 salió de Buenos Aires en su bicicleta con motor marca Cucchiolo para visitar a su amigo Alberto Granado en Córdoba la Capital y luego seguir a conocer de manera directa las más pobres y atrasadas provincias argentinas: Santiago del Estero, Tucumán, Salta, Jujuy, Catamarca y La Rioja regresando por Mendoza. Este recorrido totalizó 4 500 kilómetros, con tanto éxito que de regreso los fabricantes del motor lo utilizaron como propaganda comercial a cambio de que revisarían el motor. Años después su padre encontró en su libreta de viaje notas muy interesantes, como por ejemplo esta íntima reflexión:
…no me nutro con las mismas formas que los turistas y me extraña ver en los mapas de propaganda de Jujuy, por ejemplo: el Altar de la Patria, la catedral donde se bendijo la enseña patria, la joya del púlpito y la milagrosa virgencita de Río Blanco y Pompeya... No, no se conoce así un pueblo, una forma y una interpretación de la vida, aquello es la lujosa cubierta, pero su alma está reflejada en los enfermos de los hospitales, los asilados en la comisaría o el peatón ansioso con quien se intima, mientras el Río Grande muestra su crecido cauce turbulento por debajo.
Durante ese viaje recibió ayuda en hospitales, casas de amigos, o amigos de sus amigos donde él siempre colaboraba. El panorama que contempló, en pocos meses, por el interior de varias provincias de su patria, sin duda alguna, ejerció notable influencia en su formación. Sobre este viaje Don Ernesto hace una amplia descripción en su ya citada obra.
Otro viaje que impactó decisivamente en Ernesto Guevara de la Serna, fue el que realizó en 1952 junto a su mas íntimo amigo, Alberto Granado Jiménez, que comprendió varios países y muchas más vicisitudes, por esos días ambos viajeros comprobaron en cada país la verdadera forma de vida de sus habitantes, las diferentes clases sociales, las enfermedades, la desatención de aquellas grandes mayorías, la injusticia de que eran objetos. Constataron como vivían las grandes masas de esos lugares visitados en casi un año, pero ahora no era dentro de Argentina sino dentro de Nuestra América… sería el primero.
Salieron el 29 de diciembre de 1951 de Córdoba en la moto de Granado, llamada Poderosa II. Luego de pasar por Miramar y Bariloche, entraron a Chile por el bello Lago Esmeralda. En Chile pasaron por Osorno, Valdivia, Temuco y Santiago donde dejaron la moto definitivamente averiada. Se dirigieron al puerto de Valparaíso desde donde viajaron como polizones en un buque carguero hasta Antofagasta. Desde allí por tierra, principalmente en camiones, visitaron la gigantesca mina de cobre de Chuquicamata para dirigirse luego a la frontera con Perú, subiendo la cordillera por la provincia de Tarata, en la región de Tacna, hasta al lago Titicaca. En abril llegaron al Cuzco, la antigua capital de Imperio Inca. Visitaron las ciudades incaicas del Valle Sagrado de los Incas y Machu Pichu y luego partieron hacia Abancay, capital de la Región Apurimac, donde visitaron el leprosorio de Huambo, cerca de la ciudad de Andahuaylas.
El 1 de mayo de 1952 arribaron a Lima donde establecieron una estrecha relación con el médico Hugo Pesce, conocido especialista en lepra, discípulo de José Carlos Mariátegui y dirigente del Partido Comunista Peruano, que habría de influir decisivamente en las decisiones que adoptaría Guevara, aun cuando ya para esa fecha el joven había sobrepasado, en política, al ilustre científico. De allí se dirigieron a Iquitos y colaboraron con el leprosario de San Pablo en las orillas del río Amazonas, donde médicos y pacientes les regalaron alimentos y una balsa bautizada "Mambo-Tango", en referencia al género creado por el cubano Dámaso Pérez Prado, mambo, y a la música tradicional argentina. En esa balsa continuaron su viaje navegando el río aguas abajo.
En ocasión de que le celebraran su cumpleaños 24, el 14 de junio de 1952 expresó, a modo de brindis, unas palabras para la Historia, aunque entonces nadie lo sabía:
Creemos, y después de este viaje más firmemente que antes, que la división de América en nacionalidades inciertas e ilusorias es completamente ficticia. Constituimos una sola raza mestiza, que desde México hasta el estrecho de Magallanes presenta notables similitudes etnográficas. Por eso, tratando de quitarme toda carga de provincialismo exiguo, brindo por Perú y por América Unida.
En la balsa llegaron hasta la población fronteriza colombiana de Leticia, donde se desempeñaron como entrenadores del equipo de fútbol del pueblo. Volaron en hidroavión a Bogotá, que atravesaba una época de Violencia, donde fueron arrestados pero prontamente liberados. En ómnibus se dirigieron a Caracas, capital de Venezuela, donde Granado obtuvo empleo en un leprosorio por recomendación de Pesce. Ernesto, por su parte, debía terminar sus estudios, por lo que decidió regresar a Buenos Aires, en un avión de carga, vía Miami, donde trabajó como empleado doméstico de una azafata y lavaplatos en un restaurante pues la nave debió permanecer allí alrededor de un mes y Ernesto estaba sin dinero.
El 26 de julio de 1952 se despidió de Alberto en el aeropuerto de Maiquetía emprendiendo un accidentado regreso a Buenos Aires, que concluyó el 31 de agosto de 1952, ya en su patria escribió esta sentencia que ilustra en que enorme medida influyó en él todo lo observado en Nuestra América, tanto que ya Ernesto no era el mismo Ernesto:
…el que escribió estas notas murió al pisar de nuevo tierra argentina. El que las ordena y pule, "yo", no soy yo; por lo menos no soy el mismo yo interior. Este vagar sin rumbo por nuestra "Mayúscula América" me ha cambiado más de lo que creí.
Al separarse de Granado en Caracas acordaron que Ernesto iría a Buenos Aires, y volvería para continuar juntos trabajando. Granado obtuvo para su amigo una plaza muy bien remunerada con salario de mil dólares mensuales, entonces no tan devaluados como ahora, además de algunas ventajas. Ernesto, poco después de llegar a Buenos Aires empezó a concretar la meta que se había impuesto: concluir sus estudios en mayo de 1953, lo que significaba que debía estudiar y aprobar 15 materias en sólo 7 meses, unido a que laboraba de nuevo con el Profesor Dr. Pisani, alergista de fama internacional que tenía gran estima por Ernesto.
A pesar de que debió enfrentar grandes dificultades, como una severa infección contraída al manipular viseras humanas contaminadas, sin protección, logró su meta y el 11 de abril de 1953 examinó con éxito su última asignatura: Clínica Neurológica. El 23 de junio de 1953 recibió el Pergamino que lo acreditaba como Dr. en Medicina, según el legajo 1058, registro 1116, folio 153.
Tratando de cumplir su compromiso con Alberto para ir a trabajar como Médico Residente en el Hospital para leprosos de Maiquetía, gestionó su visa para viajar a Venezuela, el Cónsul de ese país se la negó, Ernesto se alteró y se produjo una violenta discusión en la que el diplomático expresó que para viajar a Venezuela tendría que pasar por encima de su cadáver. El solicitante le ratificó que viajará a Venezuela de todas formas…cumplió su palabra.
La familia estaba tranquila, a pesar de la separación de los padres y la grave enfermedad que Celia padecía desde hacía muchos años porque Teté estaba con ellos, sin embargo Ernesto se involucró, con Carlos (Calica) Ferrer, en la organización de otro viaje que esta vez tendría repercusión internacional y definitiva.
Luego de organizar todo lo que pudieron, salieron el 7 de julio de 1953, desde Buenos Aires en tren hacia Bolivia, estaban todos los familiares reunidos en la Estación, Ernesto vestía ropa de camuflaje y Don Ernesto asevera que su hijo gritó: Aquí va un soldado de América, Calica Ferrer que lo acompañaba y los demás familiares de ambos expresan no haber escuchado esa expresión. Permanecieron varias semanas en La Paz en pleno proceso de la revolución iniciada en 1952 por el Movimiento Nacionalista Revolucionario (MNR). Allí conocieron a Ricardo Rojo, que luego integraría un grupo de viajeros argentinos que se iría ampliando. Ernesto y Calica siguieron camino a Puno, Cuzco y Machu Pichu, para luego dirigirse a Lima, donde volvió a ver al Dr. Pesce. De Lima viajaron a Guayaquil, Ecuador, en ómnibus.
En Guayaquil Ernesto decidió ir hacia Guatemala para ver la revolución que estaba liderando allí el coronel Jacobo Arbenz. Calica se separó de Ernesto embarcándose con "Gualo" García hasta Panamá permaneciendo allí unos meses, en condiciones económicas críticas. De allí cruzaron a Costa Rica, luego Nicaragua en botella, como decimos los cubanos. Allí se encontraron con Rojo y los hermanos Walter y Domingo Beveraggi Allende, continuando con este último, en auto hacia Guatemala, pasando por Honduras y El Salvador. El 24 de diciembre de 1953 llegó sin dinero, algo común, a Guatemala en donde sería testigo de la gestión de gobierno de Arbenz y de su incapacidad para defender su Proyecto tibiamente antiimperialista.
Por este tiempo había un reducido grupo de cubanos radicados en Guatemala pues habían tenido que huir de la represión que ejercía Fulgencio Batista, a través de un Ejército bien pagado por él. Entre estos cubanos está Antonio (Ñico) López Fernández que había participado en las acciones del 26 de julio en Bayamo, es un cubano muy jovial que tiene una elevada cultura política y clara conciencia de cuales son los problemas reales que enfrentan los pueblos de América Latina. Ñico conoce a una economista peruana, exiliada igual que él, con quien comparte sus inquietudes políticas que son coincidentes: Hilda Gadea Acosta. Allí Ernesto conoce a Hilda y es esta quien propicia el encuentro de Ernesto con Ñico y los demás cubanos.
Entre Ernesto e Hilda surge un romance en medio de las discusiones que sobre temas de índole política, filosófica, etc sostienen ambos, Ernesto por ese tiempo no ha definido totalmente su camino, Hilda influye de manera notable en que lo encuentre, la relación amorosa pasa por momentos difíciles pues Hilda Gadea Acosta, es unos años mayor que Ernesto y es además una mujer de poca belleza en el sentido tradicional de la palabra, es sin embargo, una mujer de sólida cultura y principios, de ideas francamente socialistas que se ha enamorada del argentino, lo que expresa sin recatos ni hipocresías. Era una mujer excepcional.
Cuando se produce la caída de Arbenz, Ernesto debe salir precipitadamente de Guatemala pues ya la CIA lo tenía expedientado junto a algunos cubanos e Hilda. El 21 de setiembre de 1954 concluye su viaje con la llegada Méjico.
Logra trabajar como Médico Ayudante en la Sala de Alergia del Hospital General de Méjico en donde puede comprobar de nuevo la situación de los desposeídos de estas tierras, allí atiende a una paciente, María, que padece una enfermedad que se ha agudizado enormemente por falta de atención el comprueba que ya no hay nada que hacer, a esa anciana humildísima le dedica un extenso y comprometido poema que titula Vieja María, el que en una de sus partes dice:
Restriega tus cayos duros y los nudillos puros
en la suave vergüenza de mis manos de médico.
Escucha abuela proletaria:
cree en el hombre que llega,
cree en el futuro que nunca verás.
Ni reces al dios inclemente
que toda una vida mintió tu esperanza,
ni pidas clemencia a la muerte
para ver crecer a tus caricias pardas;
los cielos son sordos y en ti manda lo oscuro;
sobre todo tendrás una roja venganza,
lo juro por la exacta dimensión de mis ideales
tus nietos todos vivirán la aurora…
Ya el Médico está definitivamente formado y ha tomado partido, como José Martí, con los pobres de la tierra. Allá en Ciudad Méjico en los bajos de un hotel, Raúl le presenta a su hermano recién llegado de Cuba, Fidel Castro al Médico argentino los que conversan toda la noche… era mediados de julio de 1955, sobre este hecho Ernesto comentó a Hilda, ya convertida en su esposa:
-Tenía razón Ñico en Guatemala cuando nos dijo que si algo bueno se ha producido en Cuba desde Martí, es Fidel Castro; él hará la revolución.
También expresó al respecto, en otro momento allí en Méjico:
Un acontecimiento político es haber conocido a Fidel Castro, el revolucionario cubano, muchacho joven, inteligente, muy seguro de sí mismo y de extraordinaria audacia; creo que simpatizamos mutuamente.
Fueron llegando otros cubanos a todos los cuales Ernesto, como es costumbre argentina les decía che, igual que los cubanos decimos compadre, socio, compañero, etc, los cubanos le tomaron afecto al médico que se había unido a ellos y dejado a Granado en Caracas esperándolo para que asumiera un muy prometedor destino. Ñico lo bautizó Che (que significa Hombre en Guaraní) apelativo que el argentino aceptó lleno de gozo pues nunca renunció a su patria chica, a su condición de porteño, ni a la sencillez con la que él firmó papeles valiosos.
En ese momento Ernesto Guevara de la Serna, tenía ante sí la posibilidad de un brillante futuro como hombre de ciencias al que sin dudas la suerte favorecería, tiene además sólo 27 años recién cumplidos. Lo que sucedió después es parte de la más sustanciosa historia de América, en este hombre habían convergido diversas influencias que le posibilitaron forjar una personalidad firme como para tomar decisiones tan arriesgadas que le permitieron abordar un yate tambaleante, sin medicamentos, y emprender una empresa descomunal, para liberar un país al que no conocía, quizás desde entonces ya él había comprendido algo que confesó más tarde:
-Todo lo bueno que yo tengo me lo dio mi mamá.
Alberto Granado ha afirmado con toda razón que sin Fidel Castro, no habría existido Ernesto Guevara, pues no habría existido el Granma, el desembarco, 25 meses de guerra dificilísima en la Sierra Maestra y claro está, que tampoco habría existido la Campaña de Las Villas dirigida por el Che, conforme a las instrucciones de Fidel Castro. La notable influencia de Fidel Castro se puede apreciar en su carta de despedida en donde le afirma, por ejemplo, que si la hora definitiva le llega bajo otros cielos: …mi último pensamiento será para ti. En el umbral de la muerte no se dedica el postrer pensamiento a alguien que no resulte entrañablemente respetado, admirado y querido.
Queda claro que en la formación de Ernesto Guevara incidieron numerosos factores positivos y negativos, de ese proceso surgió el hombre mas perfecto de esta era según un prestigioso intelectual, hay que tener en cuenta, sin embargo que el niño Teté era de nacimiento excepcional.
En nuestras experiencias en el trabajo con escolares de distintos niveles de educación hemos constatado que es imprescindible tratar con los escolares al Ernesto que tenga su edad aproximadamente, despojado de todo endiosamiento. Entregarles al Teté que tenía una pandilla, se rebelaba ante castigos de sus padres que el consideraba injustos, quienes eran sus amigos y por que.
El Ernesto que hemos llevado a los niños de cuarto a sexto grado en la Escuela Celia Sánchez de esta ciudad de Santa Clara ha ejercido notable influencia en los mismos y les ha hecho tener variadas experiencias.
Hemos desarrollado el Círculo de Interés Amiguitos del Che, conforme a las edades e intereses de los Pioneros, siendo significativo el apoyo recibido de los padres para llevar a cabo actividades incluso en los periodos vacacionales.
Este equipo está integrado por:
Odalys Fraga Luque.
Ismary Fernández
Fernando
Angel Rodríguez Cuba
Odalys Medina Guevara
Arístides Rondón Velásquez.
Lic. Arístides Rondón Velázquez.
Diciembre 2008