miércoles, 14 de julio de 2010

1958: La Invasión de Camilo Cienfuegos a Pinar de Río


Los cubanos iniciamos las luchas por nuestra independencia al amanecer del 10 de octubre de 1868 cuando la campana del ingenio Demajagua, propiedad del rico hacendado oriental Carlos Manuel de Céspedes y del Castillo, llamó sus esclavos para iniciar una nueva jornada, que en esa ocasión no era producir caña de azúcar sino forjar la nación cubana.

Eran aproximadamente 500 hombres con un reducidísimo número de armas, ante los cuales Céspedes dio lectura al Manifiesto de la Junta Revolucionaria de la Isla de Cuba, dirigido a sus compatriotas y a todas las naciones, popularmente conocido como Manifiesto del 10 de Octubre, primer documento oficial de la futura república de Cuba en armas elaborado por Céspedes razón por la cual este ilustre bayamés es considerado Padre de la Patria.
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Muy poco después de haber iniciado la Revolución de 1868 Céspedes y otros de sus más cercanos colaboradores intentaron invadir la región occidental con varios objetivos favorables al desarrollo de nuestra lucha liberadora. En este empeño se destacó el dominicano Máximo Gómez que comprendió, igual que Céspedes, la necesidad de extender la guerra a todo el país para lograr que todos los cubanos amantes de la libertad se incorporaran a la lucha, obligar a España a desconcentrar su poderoso ejército en operaciones sólo en la región oriental y destruir las formidables fuentes de riquezas que existían en el occidente del país con cuyas ganancias España financiaba la guerra contra los revolucionarios cubanos.

Durante la Revolución de 1868, ya desaparecido Céspedes, Gómez logró iniciar la invasión a occidente, sin embargo, por diversas razones las huestes libertadoras sólo pudieron llegar hasta Las Villas a costa de grandes esfuerzos, sacrificios y pérdidas de combatientes de la talla del joven oficial del Ejército Libertador, Henry Reeve, norteamericano, caído heroicamente en territorio villareño combatiendo a un poderoso enemigo con un puñado de héroes.

En 1895, al iniciarse la Revolución de José Martí, fue propósito de sus máximos líderes concretar la nunca lograda invasión de oriente a occidente la cual tenía objetivos políticos, económicos y militares, iniciada finalmente el 22 de octubre de 1895 luego de una intensa preparación.

Ese día partieron desde las sabanas de Baraguá, los patriotas que tenían como meta llegar a los confines de Occidente bajo las órdenes de Máximo Gómez y de Antonio Maceo; eran 1 200 hombres de las dos armas, caballería e infantería.

A las difíciles condiciones naturales que debieron desafiar se unió el cruce de la trocha de Júcaro a Morón con sus 18 leguas de extensión, que contaba con 33 fuertes, alambrados y fosos. Los cubanos burlaron esa vigilancia española y el 29 de noviembre siguiente estaban en Las Villas. Luego hubo días de increíble heroísmo y sacrificio. Las Villas fue escenario de la más breve y sangrienta batalla de esa epopeya: Mal Tiempo, 15 minutos de combate y centenares de muertos y heridos. Esta victoria significó la obtención de un cuantioso botín de guerra, elevó el prestigio de los libertadores y abrió las puertas de occidente. Hubo otros combates y grandes esfuerzos hasta que llegaron el 22 de enero de 1896 a Mantua en el extremo occidental cubano donde el pueblo dio cálida bienvenida a los invasores, luego en la sala de sesiones de la Casa Capitular se firmó el acta que daba por concluida la más grande hazaña militar del siglo XIX, realizada en sólo 90 días.

La estrategia formulada por el Generalísimo Máximo Gómez Báez dio el resultado esperado por las fuerzas liberadoras, Antonio Maceo aplicó creadoramente toda su experiencia militar y ambos asestaron un golpe demoledor al colonialismo español pues habían logrado poner en pie de guerra a toda Cuba, igual que en la Revolución de 1868 demostraron que la estrategia de llevar la guerra de un extremo a otro de la isla era una necesidad para asegurar la victoria.

El tránsito de la columna No. 2 Antonio Maceo por Oriente

Durante la guerra revolucionaria liderada por Fidel Castro frente al dictador Fulgencio Batista y tras haber rechazado una poderosa ofensiva militar de sus mejores fuerzas, el jefe rebelde decidió llevar la guerra a occidente, para lo que escogió a dos Comandantes que habían jugado un papel muy destacado desde el mismo desembarco del Granma: Camilo Cienfuegos y Ernesto Guevara. Oriente estaba casi en manos de los revolucionarios y se imponía llevar la guerra a toda Cuba. Para ello los días 18 y 21 de agosto de 1958 emitió órdenes militares designando los Jefes que conducirían las Columnas y determinando sus respectivas misiones.

En la Orden Militar recibida por Camilo Cienfuegos se expresaba que:

Se asigna al comandante Camilo Cienfuegos la misión de conducir una columna rebelde desde la Sierra Maestra hasta la provincia de Pinar del Río, en cumplimiento del plan estratégico del Ejército Rebelde.
La columna No. 2 Antonio Maceo, que así se denominará la fuerza invasora en homenaje al glorioso guerrero de la Independencia, partirá de El Salto el próximo miércoles 20 de agosto de 1958.
Al comandante de la Columna Invasora se le otorgan facultades para organizar unidades de combate rebeldes a lo largo del territorio nacional, hasta tanto los comandantes de cada provincia arriben con sus columnas a sus respectivas jurisdicciones, aplicar el Código Penal y las Leyes Agrarias del Ejército Rebelde en el territorio invadido, percibir las contribuciones establecidas por las disposiciones militares, combinar operaciones con cualquier otra fuerza revolucionaria que se encuentre ya operando en algún sector determinado, establecer un frente permanente en la provincia de Pinar del Río, que será base de operaciones definitivas de la Columna Invasora y designar para esos fines a oficiales del Ejército Rebelde hasta el grado de Comandante de la Columna.
La Columna Invasora, aunque tiene como objetivo primordial llevar la guerra libertadora hasta el Occidente de la Isla, y a él deberá supeditarse toda otra cuestión táctica, batirá al enemigo cuantas ocasiones se presenten durante el trayecto.
Las armas ocupadas al enemigo serán preferentemente destinadas a la organización de unidades locales. Para premiar, destacar y estimular los actos de heroísmo de los soldados y oficiales de la Columna Invasora no. 2 Antonio Maceo se crea la medalla al valor Osvaldo Herrera, capitán de dicha columna, que se arrancó la vida en las prisiones de Bayamo después de gallarda y heroica actitud de resistencia frente a las torturas de los esbirros de la tiranía.

Fidel Castro Ruz, Comandante Jefe. Sierra Maestra, agosto 18, 1958, 9 a.m.

Cuando el alto mando del Ejército Rebelde tomó la decisión de realizar esta audaz acción militar perseguía importantes objetivos: desde el punto de vista militar se intentaba poner en pie de guerra a todo el país, desde Oriente hasta Pinar del Río, en el extremo occidental de Cuba, donde fortalecería el frente guerrillero que dirigía en las montañas de esa región el comandante Dermidio Escalona Alonso. Al extenderse el campo de las acciones militares el régimen de Batista tendría que desconcentrar sus tropas que estaban situadas fundamentalmente en Oriente y la presión sobre los combatientes que allí operaban sería mucho menor, por otra parte los combatientes de todas las regiones de Cuba podrían incorporarse al recién nombrado Ejército Rebelde (Hasta el momento en que Fidel Castro destroza la ofensiva de Batista el grupo que él dirigía se nombraba Ejército Revolucionario 26 de Julio). Políticamente se perseguía fortalecer el prestigio nacional e internacional del movimiento revolucionario cubano así como unificar los distintos grupos guerrilleros opuestos a la dictadura.

Camilo escogió 91 hombres entre los combatientes más fogueados por la guerra, preparados físicamente y con una elevada moral combativa, por tanto la columna la integraban 92 combatientes, de los cuales había armados 82. Se ocuparía de los asuntos legales, como Auditor, William Gálvez Rodríguez y como médico Sergio del Valle Jiménez. La incorporación o no a la columna invasora era un acto absolutamente voluntario de los combatientes o de los que se ofrecieron a participar en una acción militar que implicaba no solo grandes riesgos sino también grandes sacrificios, privaciones y el real peligro de muerte.

Camilo debía salir de El Salto, Sierra Maestra, el 20 de agosto conforme a la orden dada por el Comandante Jefe Fidel Castro, sin embargo, no pudo cumplir la misma debido a los torrenciales aguaceros que provocaron el desbordamiento de los ríos por lo que salió el día 21 de agosto.

El tránsito por la antigua provincia de Oriente fue menos escabroso que por el resto del territorio que debieron transitar, pues contaron con mucha ayuda campesina. De El Salto se trasladaron hasta Providencia en donde permanecieron tres días para concluir la organización del Contingente Invasor, luego continuaron avanzando y dejando atrás la querida Sierra Maestra donde habían recibido tanta ayuda de la población campesina, William Gálvez, uno de los invasores escribió al respecto:

“El grupo de familiares y vecinos de la zona permanecieron allí hasta que pasó el último de la columna. Dejábamos en Manacas las últimas lomas de nuestra querida Sierra Maestra, lugar donde aprendimos y conocimos más profundamente el por qué de nuestra amada causa, lugar donde nos forjamos en la dura vida de guerrillero, lugar donde dejamos muchos compañeros que no vieron el fin de la lucha pues cayeron combatiendo por ella…
…Sierra donde también dejamos a compañeros queridos: unos porque su misión era quedarse allí, y otros que partían con rumbos distintos,” concluye William Gálvez.

La Columna de Camilo atraviesa la extensa provincia de Camagüey.

Sin grandes contratiempos llegaron al territorio camagüeyano por un lugar nombrado La Federal próximo a Guáimaro, histórico pueblo donde surgió la Nación Cubana en abril de 1869. Iniciaban así lo más difícil de la epopeya.

El 10 de septiembre los invasores de Camilo llegaron a los montes del central Francisco, donde fueron detectados por el enemigo que desde entonces los ubicó con exactitud haciendo muy peligroso el avance de la columna. Fuerzas de la tiranía batistiana tendieron una emboscada de la que fueron víctimas los revolucionarios aunque sin éxito para el enemigo pues los invasores salieron ilesos. William Gálvez recuerda así lo sucedido:

Todo indicaba que de seguir por el camino firme, seguiríamos cayendo en emboscadas, pues el enemigo tenía bien ubicado nuestro recorrido. El ejército pensó que nosotros continuaríamos por los caminos firmes y concentró en ellos sus emboscadas para tratar de sorprendernos. Es por eso que en la emboscada de La Malograda, Camilo ordena que buscara otro lugar por donde seguir pues de seguro existían más emboscadas.

…el camino es casi infernal, pero más seguro. El ejército no sabía bien nuestra posición o donde acampábamos pues caminábamos de noche y de día descansábamos…Desde ese instante comienzan una cacería por parte del enemigo para tratar de exterminarnos y por parte nuestra para burlarlos…Otra dificultad que nos ocasionó adentrarnos en el sur fue la escasez de prácticos…

Al caminar sin prácticos y dejar las zonas más pobladas, comenzaron a faltar los alimentos lo que obligó a sacrificar una yegua y distribuir su carne cruda a la tropa, concluye William esta parte de su relato.

La capacidad guerrillera de Camilo Cienfuegos le permitió tomar las medidas necesarias para cumplir la orden recibida se alejaron de los territorios por donde el enemigo suponía iban a pasar y transitaron por lugares cenagosos y, prácticamente, sin población civil lo que provocaba que no pudieran contar con apoyo del pueblo, al cual, además, los esbirros habían atemorizado haciéndoles saber que si no denunciaban a los revolucionarios lo pagarían con la vida.

A golpes de audacia y sacrificios enormes los invasores, con Camilo al frente, llegaron a las proximidades del central Baraguá sin haber tenido que enfrentarse a las fuerzas de la dictadura que estaban bien entrenadas, equipadas y muy superiores en el número de hombres. Las fuerzas de la dictadura; que era dueñas absolutas del aire, prepararon aquí un enorme cerco en el que quisieron acorralar a nuestros compatriotas.

Batista y sus asesores, incluida la Comisión Militar Norteamericana, pensaban que las columnas de Camilo y Che marchaban juntas o casi juntas y escogieron un lugar apropiado para sorprenderlos: el cruce de la línea de ferrocarril que se inicia en el central Baraguá, allí la tiranía concentró numerosas tropas procedentes de Ciego de Ávila, Jagüeyal y Baraguá, ubicaron varias emboscadas en la vía férrea y ordenaron a la aviación apoyar estas operaciones. Camilo pudo determinar que estaban rodeados por fuerzas muy poderosas que entrarían en acción en cualquier momento por lo que reunió a sus hombres y les dijo en tono muy serio y grave:

- Estamos pasando por una situación crítica, nos quedan largas jornadas muy peligrosas donde posiblemente tengamos que abandonar los pocos caballos que tenemos pues hay más de mil soldados alrededor.

El legendario guerrillero, especialista en hacer bromas y mantener el buen humor sabía ser muy serio cuando era necesario así como también muy sincero con sus compañeros por lo que su conducta ejemplar despertaba admiración y respeto por parte de los mismos.

Las fuerzas de Camilo capturaron a un miembro del ejército batistiano, el cabo Trujillo disfrazado de campesino, Camilo con su exquisito sentido del humor dirigió el interrogatorio simulando que utilizaba un detector de mentiras. De ese modo demostró al detenido que era miembro del ejército batistiano y que ahora debía colaborar con los rebeldes. El cabo aceptó. Conocía la ubicación de las emboscadas tendidas por su ejército y dirigió a nuestros compatriotas de manera que pudieron evadirlas. Fue una camilada olímpica. El cabo Trujillo era un hombre honesto y permaneció al lado de Camilo y se integró al Ejército Rebelde.

Los invasores cruzaron la vía férrea por un lugar situado entre Colorado y Gaspar, acamparon en un cañaveral a 21 kilómetros de Ciego de Ávila y cien metros de la carretera central; de esta forma lograron burlar al enemigo, salvarse de una muerte segura y, lo más importante, cumplir la misión asignada por Fidel.

En la carretera central confiscaron algunos camiones para tratar de dejar atrás el territorio camagüeyano, pero ahora lo hacían por el norte de esa provincia deteniéndose en La Jacinta donde los vecinos de ese batey estaban aterrados, sin embargo, luego de compartir con los Rebeldes y conocer que no era cierto lo que la dictadura decía sobre ellos fueron muy amistosos y solidarios.

En los primeros días de octubre los miembros de la Columna 2 Antonio Maceo lograron llegar a Las Villas luego de cruzar el río Jatibonico, sobre lo que Camilo escribió:

En río Jatibonico se puso una soga el agua daba al pecho y la corriente era muy fuerte. Yo besé la tierra villaclareña, todos los hombres que componían la tropa estaban alborozados. Una pequeña parte de nuestra misión estaba cumplida. Camagüey, quedaba atrás, Camagüey y sus horas difíciles, Camagüey y sus horas de hambre. Una idea de eso es que durante treinta y un días que duró la marcha por esa provincia solamente comimos once veces, con el día que nos comimos una yegua cruda y sin sal. Con esto lográbamos uno de los más grandes triunfos en el orden militar revolucionario, ya que a pesar de las numerosas fuerzas del ejército de la tiranía, por tratar de exterminarnos, habíamos cruzado el largo recorrido desde Oriente hasta Las Villas, con sólo tres bajas.


Camilo y sus hombres llegan a Las Villas.

La provincia de Las Villas (hoy Sancti Espíritus, Cienfuegos y Villa Clara) tenía una gran importancia estratégica dentro de los planes del Ejército Rebelde; situada en el centro de la isla era importante tener su control pues era la posibilidad de dividir en dos el país para evitar que la dictadura enviara refuerzos de La Habana a Oriente e interrumpir las comunicaciones en general, entre otros elementos.

Camilo estableció su primer campamento en La Llanada de Alunao lugar donde recibieron cálidas atenciones del campesinado, luego continuaron la marcha hasta llegar en la noche del 7 de octubre de 1958 a las cercanías de los montes La Victoria, en el municipio de Yaguajay, el día 8 se reunieron con las fuerzas rebeldes que dirigía Félix Torres pertenecientes al Partido Socialista Popular que le dieron sinceras muestras de respeto, alegría y mostraron su disposición a colaborar

Camilo creó varios grupos guerrilleros en los alrededores de Yaguajay: Meneses, Iguará, Venegas, Zulueta, Remedios, Caibarién, Mayajigua y Camajuaní hasta llegar a los límites de la provincia de Matanzas, para preparar condiciones que facilitaran la labor del Che a su llegada a Las Villas y asumiera el mando de la provincia conforme a lo ordenado por Fidel Castro.

La aplicación acertada de la estrategia que había trazado Fidel, tanto por Camilo como por el Che, unido a las victorias que el Ejército Rebelde lograba en Oriente debilitó la dictadura de un modo irreversible. Las difíciles circunstancias encontradas en Las Villas, donde podía ser definido el curso de la guerra, aconsejaban que Camilo no avanzara a Pinar del Río para actuar ambos comandantes de manera coordinada, Che lo pidió a Fidel, y Camilo recibió la orden de permanecer en la provincia villareña.

Camilo desarrolló una importante labor en el Frente Norte de Las Villas tanto en el plano político-militar como social. Para llevar a cabo su misión, organizó el abastecimiento y la ayuda campesina, creó hospitales, estableció impuestos, talleres para fabricar armas y explosivos, fundó un periódico y una emisora de radio entre otras tareas.

El 21 de diciembre de 1958 las fuerzas de Camilo tomaron los cuarteles de los centrales Narcisa y Victoria, y el pueblo de Zulueta. Sin embargo a la tiranía le quedaba una formidable posición en el norte de Las Villas: Yaguajuay, la que era imprescindible tomar como paso previo al ataque a la ciudad de Santa Clara.

Desde el 22 de diciembre Camilo empezó a situar tropas en los alrededores de este pueblo, el jefe rebelde contaba con 250 hombres armados con escopetas y otras armas de diferentes calibres, el enemigo disponía de 350 hombres que poseían fusiles automáticos y semiautomáticos, ametralladoras y otras poderosas armas, además de estar atrincherados en una edificación muy sólida. La tiranía distribuyó sus hombres en dos objetivos: el pueblo y el cuartel.

Camilo, que ya era un experimentado jefe militar, comprendió que era necesario tomar el pueblo primero y atacar con posterioridad el cuartel. El día 22, por la noche iniciaron el tiroteo a los distintos edificios públicos para evitar el descanso de los uniformados y ya el día 24 cayeron en poder de los atacantes esos edificios, en estas acciones hubo varios muertos y heridos.

El 24 de diciembre a las 10 de la mañana se inició el ataque al cuartel que estaba bien protegido y contaba con un Jefe Militar de Academia, tenaz y audaz, de ascendencia china Abbon Lee, que ese mismo día solicitó una tregua para discutir con Camilo la rendición pero planteando condiciones inaceptables por lo que la lucha continuó de manera incesante durante varios días lo que propició que el Che visitara a su amigo en tres ocasiones exigiéndole que no se expusiera de manera innecesaria.

En Yaguajay, Camilo Cienfuegos dio muestras de su ingenio con iniciativas que le permitieran compensar las desventajas materiales que había entre su ejército popular y el Ejército Profesional de la tiranía, al ordenar la construcción de un tanque de guerra que producía una impresión de terror entre los soldados que veían aquel monstruo desconocido al que Camilo llamó Dragón; se trataba de un tractor debidamente blindado que no tenia el poder de fuego que esperaban sus constructores, obreros azucareros simpatizantes de los invasores pero si impactaba sicológicamente al enemigo causándole preocupaciones justificadas.

El 31 de diciembre los soldados ya estaban impedidos de seguir combatiendo pues carecían de alimentos, agua y era imposible un refuerzo en momentos en que el régimen languidecía aceleradamente. Dentro del cuartel las opiniones estaban divididas entre los que querían o no rendirse. La situación era dramáticamente insostenible pues dentro de aquella fortaleza había heridos, cadáveres insepultos, hedor, sangre, y desesperación; es en medio de esta desastrosa situación que el Capitán Lee decidió rendirse incondicionalmente. Camilo y sus hombres lograban una gran victoria que abría el camino para tomar la provincia de Las Villas.

Importancia de la victoria de Camilo en Yaguajay
Como se recordará la orden que debía cumplir Camilo era llegar hasta Pinar del Rio, sin embargo, debido a la compleja situación existente en Las Villas en donde había varios grupos opositores a Batista, incluido el denominado Segundo Frente Nacional del Escambray liderado por Eloy Gutiérrez Menoyo que se negó a todo intento unionista del Che y mantuvo una conducta muy hostil hacia el Movimiento 26 de Julio y el Directorio Revolucionario que dirigía el hoy Comandante del Ejército Rebelde Faure Chomón Mediavilla, es por ello que Camilo debe permanecer en Las Villas en cumplimiento de nuevas órdenes recibidas.
Al consumar la rendición del cuartel de Yaguajay Camilo Cienfuegos había derrochado tanto heroísmo que desde entonces el pueblo lo nombró el Héroe de Yaguajay. Narran testigos de la batalla que Camilo, acostado en el piso, disparaba a los aviones pese a los reclamos de sus compañeros.
La toma de esa importante posesión de la dictadura daba por concluida la presión que se había ejercido sobre la capital provincial, Santa Clara. La toma de Yaguajay concluyó el 31 de diciembre del histórico 1958. El Regimiento Leoncio Vidal de Santa Clara, con todo su poderío militar ya no recibiría refuerzo alguno. La victoria final se produciría horas después.
Luego de adoptar las medidas necesarias Camilo se dirigió a Santa Clara. Allí lo esperaba su antiguo Jefe y Amigo, en donde ambos recibirían importantes órdenes de Fidel. Desde esta ciudad partirían a cumplirlas…

Santa Clara 25 de julio de 2010

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