Hace ya algunos años recibí una petición de Alberto Granado enviada desde La Habana por correo electrónico: atender a un matrimonio, amigos suyos argentinos, que visitarían la Ciudad del Che y me contactarían. Acepté con gusto. Poco después una llamada telefónica, desde Varadero, me informaba que hablaba Alejandro Wall y se anunciaba para el siguiente día en Santa Clara junto a su esposa Natalia. Fui a recibirlos.
Charlamos largamente, tanto que ya al final yo era, sencillamente Arístides, ella era Naty y él Alex. La hospitalidad cubana es indiscutible, el tratamiento cálido, confianzudo como dice Granado, todo eso hizo su parte, sin embargo, la causa evidente de la comprensión y familiaridad lograda rápidamente se debía a un gran ausente-presente: el Che.
El Che era la figura que nos vinculaba de manera excepcional, pero ellos no se lo atribuían como suyos ni nosotros tampoco, eso era lo primero en que, implícitamente, estábamos de acuerdo: Che no era de nadie porque era de todos.
Alex hacía preguntas de manera incansable, sin dudas, ante una muestra inconsciente de cansancio de mi parte me aclaró:
-Vos sabés como preguntamos los periodistas.
Pero siguió tratando de saciar el más saludable de todos los apetitos ante mi transparencia absoluta y mi respeto por la verdad histórica. Hablamos así de Reforma Agraria, criminales de guerra, juicios sumarísimos, sabotajes, agresiones,calumnias, bloqueos…en algunos aspectos ellos no tenían una información objetiva y desprejuiciada sobre la realidad cubana, esa que sólo es posible comprender, visitando la isla, sus calles sus barrios, hablando con toda persona posible para llegar a conclusiones. Así lo hicieron Alex y Naty y comprendieron por qué este pueblo es fidelista y guevariano. Lo que no dice la gran prens, aquí lo puede decir un simple obrero.
Anduvimos toda Santa Clara, una tarde subimos la Loma del Capiro y Alex y Naty transpiraban alegría, pareciera que habían escalado el Everest. Los noté feliz. Creo que allí surgió la idea de visitar Playa Girón…y fuimos allá donde en 68 horas (nada de 72) los cubanos destrozamos a la poderosa maquinaria bélica que el imperialismo había preparado con exquisitez propia de mejores empeños.
En el viaje, en carro rentado por ellos, que conducían indistintamente, hubo varios incidentes: Naty iba al volante por aquella formidable autopista a velocidad casi supersónica y no vio una señora pobremente vestida con una niña o un niño en brazos, al ver Alex que no se detuvo hizo una protesta que casi desata una guerra nuclear. Naty se excusó y preguntó si regresaba. Seguimos y desde entonces ignoro a cuantos pasajeros asombrados recogieron al ir y al regresar. No eran Turistas…eran argentinos. Los quise más.
Las relaciones nuestras se estrecharon, el intercambio de mensajes y fotos no ha cesado, así comos buenas y no tan buenas noticias. Un buen día recibí la foto de ellos en compañía del Pibe de Oro, sorprendido les pregunté, si eran sus amigos y con guevariana sinceridad me dijeron que coincidieron en un restorán, se conocieron e hicieron la foto. Yo la muestro orgulloso como si Alex fuera actual Asesor de Don Diego.
Un buen día llegó la noticia de la próxima llegada de un hijo que se nombraría Camilo, en homenaje al Guerrillero amigo del Che del cual habíamos hablado tanto en Cuba y cuya historia ellos habían leído en el libro del General Wilian Gálvez, Camilo Señor de la Vanguardia.
Camilo desembarcó del vientre de Naty el 13 de febrero de 2007, grandísimo como su padre y hermoso como la madre. Desde entonces tengo en Buenos Aires alguien más a quien querer, alguien más a quien desearle una vida mejor, un mundo más pleno y más seguro.
O sea, hoy 13 de febrero Camilucho, como yo le digo a Camilo II, porque así le decía el Che a Camilo Cienfuegos cumple 2 años, y como no tengo más que ofrecerle van estas líneas y estas fotos como testimonio del afecto sincero que por ellos siento desde hace años.
Espero volver a ver Alex, en mi casa, fumándose un Habano, que a mí no me gustan, con su parsimonia especial, en tanto Naty escucha atenta y hace las aclaraciones y observaciones más atinadas porque para ser un buen hombre tiene que tenerse una buena mujer cerca…y mi hermano Alex la tiene.
Ahora ya no son sólo ellos dos, ahora está el crío que les ocupa mucho tiempo pero les endulza la vida, les hace más llevadera la existencia pues un hijo es el premio más grande que puede un ser humano recibir de la naturaleza. ¿Qué enviarles desde mi Cuba bloqueada?
Pues el deseo sincero de que Camilo crezca saludable, que viva en una Argentina hermosa y próspera, que tenga siempre a sus padres cerca, que estudie mucho para que sea un hombre de bien, que sea saludable y divertido y no olvide nunca que aquí en la Ciudad del Che tiene a alguien que, aunque no lo conoce, lo quiere entrañablemente porque así es
Arístides
12 de febrero de 2009, 23, 46
Charlamos largamente, tanto que ya al final yo era, sencillamente Arístides, ella era Naty y él Alex. La hospitalidad cubana es indiscutible, el tratamiento cálido, confianzudo como dice Granado, todo eso hizo su parte, sin embargo, la causa evidente de la comprensión y familiaridad lograda rápidamente se debía a un gran ausente-presente: el Che.
El Che era la figura que nos vinculaba de manera excepcional, pero ellos no se lo atribuían como suyos ni nosotros tampoco, eso era lo primero en que, implícitamente, estábamos de acuerdo: Che no era de nadie porque era de todos.
Alex hacía preguntas de manera incansable, sin dudas, ante una muestra inconsciente de cansancio de mi parte me aclaró:
-Vos sabés como preguntamos los periodistas.
Pero siguió tratando de saciar el más saludable de todos los apetitos ante mi transparencia absoluta y mi respeto por la verdad histórica. Hablamos así de Reforma Agraria, criminales de guerra, juicios sumarísimos, sabotajes, agresiones,calumnias, bloqueos…en algunos aspectos ellos no tenían una información objetiva y desprejuiciada sobre la realidad cubana, esa que sólo es posible comprender, visitando la isla, sus calles sus barrios, hablando con toda persona posible para llegar a conclusiones. Así lo hicieron Alex y Naty y comprendieron por qué este pueblo es fidelista y guevariano. Lo que no dice la gran prens, aquí lo puede decir un simple obrero.
Anduvimos toda Santa Clara, una tarde subimos la Loma del Capiro y Alex y Naty transpiraban alegría, pareciera que habían escalado el Everest. Los noté feliz. Creo que allí surgió la idea de visitar Playa Girón…y fuimos allá donde en 68 horas (nada de 72) los cubanos destrozamos a la poderosa maquinaria bélica que el imperialismo había preparado con exquisitez propia de mejores empeños.
En el viaje, en carro rentado por ellos, que conducían indistintamente, hubo varios incidentes: Naty iba al volante por aquella formidable autopista a velocidad casi supersónica y no vio una señora pobremente vestida con una niña o un niño en brazos, al ver Alex que no se detuvo hizo una protesta que casi desata una guerra nuclear. Naty se excusó y preguntó si regresaba. Seguimos y desde entonces ignoro a cuantos pasajeros asombrados recogieron al ir y al regresar. No eran Turistas…eran argentinos. Los quise más.
Las relaciones nuestras se estrecharon, el intercambio de mensajes y fotos no ha cesado, así comos buenas y no tan buenas noticias. Un buen día recibí la foto de ellos en compañía del Pibe de Oro, sorprendido les pregunté, si eran sus amigos y con guevariana sinceridad me dijeron que coincidieron en un restorán, se conocieron e hicieron la foto. Yo la muestro orgulloso como si Alex fuera actual Asesor de Don Diego.
Un buen día llegó la noticia de la próxima llegada de un hijo que se nombraría Camilo, en homenaje al Guerrillero amigo del Che del cual habíamos hablado tanto en Cuba y cuya historia ellos habían leído en el libro del General Wilian Gálvez, Camilo Señor de la Vanguardia.
Camilo desembarcó del vientre de Naty el 13 de febrero de 2007, grandísimo como su padre y hermoso como la madre. Desde entonces tengo en Buenos Aires alguien más a quien querer, alguien más a quien desearle una vida mejor, un mundo más pleno y más seguro.
O sea, hoy 13 de febrero Camilucho, como yo le digo a Camilo II, porque así le decía el Che a Camilo Cienfuegos cumple 2 años, y como no tengo más que ofrecerle van estas líneas y estas fotos como testimonio del afecto sincero que por ellos siento desde hace años.
Espero volver a ver Alex, en mi casa, fumándose un Habano, que a mí no me gustan, con su parsimonia especial, en tanto Naty escucha atenta y hace las aclaraciones y observaciones más atinadas porque para ser un buen hombre tiene que tenerse una buena mujer cerca…y mi hermano Alex la tiene.
Ahora ya no son sólo ellos dos, ahora está el crío que les ocupa mucho tiempo pero les endulza la vida, les hace más llevadera la existencia pues un hijo es el premio más grande que puede un ser humano recibir de la naturaleza. ¿Qué enviarles desde mi Cuba bloqueada?
Pues el deseo sincero de que Camilo crezca saludable, que viva en una Argentina hermosa y próspera, que tenga siempre a sus padres cerca, que estudie mucho para que sea un hombre de bien, que sea saludable y divertido y no olvide nunca que aquí en la Ciudad del Che tiene a alguien que, aunque no lo conoce, lo quiere entrañablemente porque así es
Arístides
12 de febrero de 2009, 23, 46